Donald Trump tiene muchos frentes abiertos, pero también juega con la baza del buen desempeño económico como argumento de cabecera para impulsar su reelección. Es por eso que, a lo largo de las últimas semanas, el equipo del presidente estadounidense ha divulgado distintos informes que ponen en valor los avances conseguidos en este frente desde que el todopoderoso empresario llegó al poder.
En primer lugar, en la Casa Blanca sacan pecho con el buen bagaje que está cosechando su equipo de analistas económicos a la hora de realizar sus estimaciones de crecimiento. De acuerdo con un informe del Consejo de Asesores Económicos de la Presidencia, el Ejecutivo de Donald Trump es el que mejores cálculos ha realizado en los últimos 45 años.
Esto quiere decir que, desde la presidencia de Jimmy Carter hasta nuestros días, nunca se ha observado una diferencia tan pequeña entre las estimaciones del gobierno y el desempeño real de la economía. De hecho, Trump es el primer gobernante bajo el cual no solo se alcanzan las metas de crecimiento, sino que se registran aumentos de la actividad superiores de lo esperado.
Otro dato del que Trump y su equipo están orgullosos es el de la evolución de los salarios. De acuerdo con el informe de empleo del mes de febrero, la remuneración por hora ha experimentado una subida superior al 3% por séptimo mes consecutivo. De hecho, el 3,4% de crecimiento anual que se ha registrado durante el último año es el mejor de la última década. La evolución nominal supera al IPC, de modo que también se da una ganancia de poder adquisitivo en términos reales.
Es importante señalar que, de acuerdo con las estimaciones del servicio de estudios de Goldman Sachs, el grupo que mejor parado ha salido con la mejora de los salarios son los trabajadores de rentas más bajas.
La creación de empleo contribuye notablemente a apuntalar esas alzas salariales, puesto que un menor nivel de desocupación induce presiones alcistas en las retribuciones ofrecidas a los trabajadores. Hay que recordar que la tasa de paro lleva ya doce meses por debajo del 4%, mientras que la participación laboral ha llegado al 63,2%, el nivel más alto en un lustro, y la ratio que compara el número de ocupados con la población total ha llegado al 60,7%, la cota más alta desde diciembre de 2008.
Por otro lado, conviene señalar que uno de los sectores que más se está beneficiando del crecimiento de la Era Trump es la industria, puesto que dicha rama de actividad suma medio millón de nuevos empleos desde que arrancó la legislatura. Hay que remontarse a 1974 para observar un crecimiento tan elevado en el empleo industrial.
Eso sí: las mejoras van más allá de la industria y, de hecho, se reparten por todo tipo de sectores económicos, puesto que el mercado de trabajo ha añadido 5,3 millones de nuevos puestos de trabajo en los últimos dos años. Quizá por eso vemos que el optimismo de las pymes está en niveles similares a los que se daban en 1983, en pleno boom de la economía bajo gobierno de Ronald Reagan.
Balance de 2018
El pasado año, la economía experimentó el mayor crecimiento anual desde 2005, con 560.000 millones de dólares de producción adicional, que se traducen en un aumento del PIB del 3,1%. De haberse mantenido la tendencia de crecimiento de los años de gobierno de Barack Obama, el aumento se habría limitado al 2-2,2%, de modo que no se habrían creado 280.000 millones de dólares que sí se materializaron bajo gobierno de Trump.
Dentro de ese aumento de la actividad observado en 2018 encontramos fundamentales sólidos, como el fuerte crecimiento de la inversión privada (supone el 36% del crecimiento para 2018) o el notable avance de la inversión en propiedad intelectual (avanza un 11%, la tasa más alta desde 1999).