El pensamiento único que domina buena parte de la civilización occidental considera grabado en piedra que el capitalismo y el mundo de las finanzas son realidades ajenas, alejadas y despreocupadas de las capas más desfavorecidas de la sociedad en el mundo. Es más, consideran que el capitalismo consiste en que unos pocos se enriquecen a costa de los pobres del mundo.
Sin embargo, la experiencia práctica demuestra de forma tozuda que el capitalismo es el único sistema conocido basado en la libertad individual y la igualdad de oportunidades capaz de erradicar la pobreza y permitir que aquellos menos favorecidos en el mundo cuenten con las herramientas necesarias para prosperar.
A partir de esta idea cada vez son más las iniciativas que tratan de incentivar la actividad, el emprendimiento y el talento no sólo para ganar dinero, sino para que aquellas sociedades con más problemas puedan crecer.
Este fue el tema principal del programa Tu Dinero Nunca Duerme del pasado domingo, en el que la invitada especial fue María Ángeles León, cofundadora de Open Value y Global Social Impact Fund. María Ángeles, junto a su marido, el exitoso y conocido gestor Francisco García Paramés, ayudan a los más necesitados mediante la inversión.
La invitada especial de Tu Dinero Nunca Duerme aportó una nueva visión filantrópica que busca formas más eficientes para solucionar los problemas de la pobreza y lograr un mayor impacto social.
Frente a este tipo de filantropía de impacto siguen estando las ONG que, según explicó Manuel Llamas en su habitual lección semanal, "muchas de ellas son de todo menos organizaciones no gubernamentales, dado que la mayoría de sus recursos provienen de fondos públicos".
En cuanto a la solidaridad estatal, se caracteriza, seguía Manuel Llamas, por la ausencia de rendición de cuentas, por hacer aportaciones que salen del pago coactivo de impuestos, no voluntario, y finalmente porque poco o nada se sabe de a qué se dedica ese dinero. Por ejemplo España destina unos 2.500 millones de euros al año a la cooperación al desarrollo, pero se desconoce a qué se destina este dinero y, sobre todo, si realmente ha sido de utilidad.
Frente a esto se encuentra la inversión de impacto. La invitada, María Ángeles León nos explicó la filosofía de su fondo Global Social Impact Fund: "La inversión de impacto es una manera de solucionar el problema de la pobreza, en el Tercer Mundo y en el Primero, a través de inversiones, no de donaciones".
Para destacar la diferencia, Mª Ángeles León explica que África ha recibido un billón de dólares en ayudas en las últimas décadas, pero, durante este período, son muy pocos los países que han registrado un aumento de la renta per cápita. Se puede ayudar de las dos formas, con donaciones o con inversiones.
Los fondos de impacto están regulados como el resto de fondos de inversión. La única diferencia es la medición de impacto social (a cuánta gente han beneficiado y cómo), que también se publica de forma periódica.
Uno de los ejemplos que explicó León de esas empresas a las que ayuda Global Social Impact Fund, fue el caso de una empresa que se dedica al leasing de taxis-motos en Uganda en la que ha invertido y que está cosechando un gran éxito.
Las empresas, microempresas y emprendedores en los que invierte tienen que tener un proyecto claro, han de devolver la inversión con intereses y rendir cuentas de su actividad.
Esto se logra con la microfinanza, que cubre los negocios de autónomos y "hace el crédito también accesible a las mujeres" en sociedades donde de otra manera sería imposible, señalaba María Ángeles León. En este sentido, decía también que se trata de una inversión muy parecida al "value investing", porque se trata de encontrar valor, invertir y dejar que madure con el tiempo. "Son inversiones a largo plazo", decía.
Mª Ángeles León y su marido Francisco García Paramés estuvieron años donando dinero al estilo tradicional, pero se dieron cuenta de que los proyectos eran los mismos y muchas veces no lograban el éxito pretendido.
Sobre las rentabilidades de su fondo de impacto, ahora mismo oscilan entre el 3 y el 5% anual a sus partícipes. Hoy Global Social Impact Fund cotiza en Luxemburgo y el umbral de entrada es alto, pero su intención es traerlo a España y abrirlo a particulares desde aportaciones más bajas.