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EDITORIAL

Lo que pase el domingo afectará a sus bolsillos

Basta ver el programa electoral de Podemos para percatarse del negro futuro que le depararía a la economía española un Gobierno de Sánchez e Iglesias.

España se juega mucho en las elecciones generales del próximo domingo. Y no solo en clave política, con el golpe separatista como telón de fondo, sino también a nivel económico. En un contexto como el actual, donde la economía nacional todavía no ha logrado superar la profunda crisis iniciada en 2007 y con el crecimiento de Europa estancado, el bienestar de los españoles dependerá, en gran medida, del color político que ostente el próximo Gobierno.

El panorama político se divide en dos grandes bloques, cuyos programas conducirán a España a dos caminos muy diferentes. Con un PSOE que ha asumido buena parte de los postulados que, hasta ahora, defendía Podemos, y una extrema izquierda liderada por Pablo Iglesias dispuesta a elevar aún más el tono de sus desnortadas demandas, el país corre el riesgo de recaer en una nueva crisis de dimensiones difícilmente previsibles.

El PSOE de Pedro Sánchez insiste en repetir los grandes errores que cometió en su día Rodríguez Zapatero antes y después de la Gran Recesión. A saber, apostar por un intenso aumento del gasto y del empleo públicos, un mayor intervencionismo económico, fuertes subidas de impuestos y una política energética irresponsable y despilfarradora, cuyo resultado se traducirá en una factura de la luz mucho más cara para las familias y las empresas. Todo ello conducirá a más déficit, más deuda y menos creación de empleo, agravando con el ello la desaceleración que ya ha empezado a mostrar el PIB. Pero es que si a ello se suma, además, un socio como Podemos, el cuadro de la economía nacional sería, sin duda, mucho más preocupante.

Basta observar el programa electoral del partido morado para constatar el negro futuro que le depararía al conjunto de la economía española bajo un Gobierno liderado por Sánchez e Iglesias. No en vano, los comunistas proponen nacionalizar grandes empresas, expropiar viviendas e implementar el mayor aumento del gasto y de los impuestos hasta la fecha, entre otras muchas medidas nefastas. En definitiva, la receta idónea para conducir al país a la quiebra.

PP, Cs y Vox, por el contrario, apuestan por una economía mucho más flexible y dinámica, así como por la puesta en marcha de profundas reformas estructurales para mejorar la eficiencia de los servicios públicos, al tiempo que se aplican rebajas de impuestos, con mayor o menor intensidad. Por un lado, este tipo de políticas ayudarían a impulsar de nuevo el crecimiento del PIB y la creación de empleo, al tiempo que elevarían la productividad, un factor clave para poder subir los salarios de forma sólida y sostenible en el tiempo. Asimismo, la eliminación del déficit y la paulatina reducción de la deuda pública permitirían reforzar la solvencia del Estado, blindando así al país de posibles turbulencias en los mercados internacionales.

Dos políticas, dos resultados. Si las urnas se decantan por la vía socialista, los problemas económicos surgirán, de una u otra forma, en el horizonte. Si, por el contrario, el resultado electoral oscila hacia la libertad económica, la rebaja fiscal y el equilibrio presupuestario, España podrá salir definitivamente de la crisis y encarar un futuro de empleo, progreso y desarrollo. Usted decide.

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