Los datos relativos al mercado laboral suelen ser interpretados por los partidos en función de su posición en el poder. Así, lo que hace un año era un desastre para el PSOE, hoy es un éxito, a pesar de que la tan denostada reforma laboral de 2012 sigue vigente, y viceversa con el PP. Por ello, no es de extrañar que a tres días de las elecciones generales este tipo de valoraciones se hayan exacerbado aún más con la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondiente al primer trimestre del año. Mientras que la ministra de Economía, Nadia Calviño, destaca que el empleo no muestra "ningún signo de ralentización", los populares ponen el acento en el aumento del paro. ¿A qué atenerse?
El paro subió en 49.900 personas entre enero y marzo, lo que supone un 1,5% más que en el trimestre anterior, hasta un total de 3.354.200 desempleados, según la EPA publicada este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Se trata del mayor incremento del paro en un primer trimestre desde 2013, cuando la economía española todavía estaba en recesión. Como resultado, la tasa de paro se incrementó dos décimas, hasta el 14,7%. En el último año, la cifra de parados se ha reducido en 441.900 personas (-11,64%).
A priori, podría parecer un mal dato, pero el primer trimestre casi siempre arroja un balance negativo como consecuencia del fin de los contratos temporales propios de la campaña navideña. Además, este año la Semana Santa cayó en abril, con lo que esta EPA no incluye su positivo impacto en el mercado laboral. Lo relevante, por tanto, consiste en observar el paro desestacionalizado. Y es que, una vez eliminado ese tipo de circunstancias coyunturales, el desempleo bajó un 2,92% en el primer trimestre, aunque algo menos que la media registrada el pasado año (-3,2%).
Igualmente, cabe tener en cuenta que la población activa, que hace referencia al número de personas que trabajan o buscan empleo, bajó menos este trimestre (-43.000 personas) que en el mismo período de 2018 (-95.000). Que haya más gente buscando activamente un trabajo también influye en el aumento del paro.
En cuanto al empleo, entre enero y marzo se destruyeron 93.400 puestos de trabajo (-0,5%), situando el total de ocupados en 19.471.100 personas. Este recorte es inferior al experimentado en el primer trimestre de 2018, cuando desaparecieron más de 124.000 empleos, pero supera los registros de 2016 y 2017.
Sin embargo, una vez eliminado el efecto estacional, la ocupación aumentó un 0,76% entre enero y marzo, más incluso que en el primer trimestre de 2018 (0,55%).
Por último, a nivel interanual, el empleo ha crecido en 596.900 personas (3,1%), la cifra más elevada en 12 años y a un ritmo superior al del primer trimestre de 2018 (2,36%).
Las trampas de los políticos
El problema aquí es que unos y otros se agarran a las cifras que más les interesan. Mientras que el PP destaca el aumento del paro (+49.900 personas), el mayor desde 2013, el PSOE saca pecho por la creación de empleo en términos desestacionalizados (+0,76%) o el aumento interanual de la ocupación (+596.900 personas).
Pero esta EPA no es de blancos y negros, sino de grises. Por un lado, el aumento del paro es menos malo de lo que podría parecer a primera vista, una vez eliminado el efecto estacional y teniendo en cuenta la menor caída de la población activa en el primer trimestre. Y, por otro, la creación de empleo que cita el PSOE presenta tres problemas relevantes:
- En primer lugar, que el primer trimestre de 2018 fue especialmente malo en materia laboral. Hace un año, la creación de empleo sufrió un inesperado tropiezo, de modo que la comparación que hace el Gobierno no es para sacar pecho.
- Los socialistas olvidan, además, que el 80% del empleo creado en el último año fue en el último trimestre del Gobierno de Mariano Rajoy.
- Y, por si fuera poco, casi el 20% del empleo creado en el último año es público, tras crecer en más de 100.000 efectivos, tres veces más que el ejercicio precedente.
Desaceleración económica
Hechas estas precisiones, ¿qué conclusión cabe sacar de la EPA del primer trimestre? Pues, básicamente, que, una vez más, se constata la desaceleración de la economía española. El empleo crece en términos desestacionalizados, sí, pero menos que la media de los últimos trimestres, quitando el excepcional tropiezo a principios de 2018; y el paro desestacionalizado baja, sí, pero menos que la media de los últimos trimestres.
De hecho, si se compara este comienzo de año con el de 2017, España destruye hoy un 34% más de empleo, mientras que el aumento del paro se ha multiplicado por tres.