Organizaciones como Greenpeace o Intermón Oxfam lanzan a menudo campañas contra la supuesta deforestación masiva que sufre nuestro planeta. Sin embargo, ¿está justificado este alarmismo?
La deforestación en el mundo
Para saber si a nivel mundial se está produciendo una pérdida de superficie de bosques, revisaremos los datos del Banco Mundial. La serie de datos comienza en 1990 y acaba en 2016, y nos muestran cómo la superficie verde en todo el mundo ha caído, en en estos 26 años, tan sólo un punto porcentual.
En el siguiente mapa, proveniente de un estudio sobre la deforestación (Hansen et al., 2013) podemos apreciar que tanto la deforestación como la reforestación se han mantenido prácticamente estables en todo el mundo.
Sucede algo distinto en el caso de nuestro país. Y es que España ha pasado de tener una masa forestal del 27,6% en 1990 al 36,9% en 2016, según el Banco Mundial.
En las siguientes gráficas podemos apreciar la deforestación del año 2000 al 2012 de varios países en vías de desarrollo y desarrollados.
El crecimiento, ¿destructor de bosques?
Una de las consignas más repetidas del movimiento ecologista es que el sistema capitalista destruye el planeta y genera una insostenible deforestación.
Sin embargo, esto no es cierto. Según un estudio de Robert M. Ewers (2006), mientras más rico sea un país, menos deforestación sufre, y, al contrario de lo que muchos esperarían, los países más ricos tienden a reforestar, es decir, a aumentar la cantidad de masa forestal.
Esto se observa en la siguiente gráfica, en la cual, encima del punto 0 en el eje de ordenadas (vertical), se encuentran los países que están siendo reforestados, mientras que el eje de abscisas (horizontal) nos muestra el PIB per cápita de los países utilizados en el estudio -a la izquierda los de menor PIB per cápita y a la derecha los de mayor-.
¿Cuál es la causa?
Tras haber visto la situación de la deforestación actualmente y haber comprobado que no es el crecimiento económico el causante de la misma, nos preguntamos qué causa tal fenómeno. Según la investigación de Leblois, Damette y Wolfersberger, las principales causas son:
- Desarrollo económico (inicialmente, el crecimiento económico en los países subdesarrollados puede causar deforestación).
- Alta densidad de población.
- Exportaciones del sector agrícola (a mayor número de exportaciones, menor masa forestal).
¿Cómo reducirla?
Aunque en España no hay deforestación (al contrario, hay reforestación), en otros países, sobre todo en países pobres, sí puede ser un problema. ¿Cómo reducirla? Más allá de impulsar el progreso económico para que los países pobres se vayan enriqueciendo de forma progresiva, hay diversas alternativas.
Un estudio de Alix-García, del Banco Mundial, por ejemplo, analiza el programa PES de México, cuyas siglas en español significan "Pago por servicios al ecosistema". Este programa consiste en el pago a los dueños de tierras por su conservación. Algunos dueños de tierras acaban con los árboles y arbustos de sus propiedades porque es más rentable que mantenerlos, decidiendo darles usos alternativos. En la siguiente imagen, podemos ver qué tan presente está dicho programa en cada estado mexicano.
Como se aprecia, el programa aumentó la masa forestal de los territorios afectados, siendo este incremento mayor en 2011-2012 (recién estrenado el programa) que en 2013-2014, tal y como se aprecia en la siguiente imagen.
En conclusión, la deforestación no es un problema en los países desarrollados y, en muchos casos, registran incluso reforestación en términos netos. Sin embargo, los países pobres tienden a una mayor deforestación. Una vía posible para reducirla, tal y como se hizo en México, es implementar un programa de pagos por la conservación de árboles y arbustos que eviten la destrucción de los mismos.