La riqueza financiera neta de las familias y empresas españolas (diferencia entre los ahorros y las deudas que tienen), se redujo casi un 3% en 2018, ya que pasó de 1,412 billones de euros en diciembre de 2017 a 1,370 billones a cierre del pasado ejercicio.
Según las Cuentas Financieras publicadas este lunes por el Banco de España, estos activos financieros netos de hogares e instituciones sin ánimo de lucro (ISFLSH) también se reducían respecto al trimestre anterior, cuando se situaban en 1,406 billones.
De esta forma, la riqueza de los hogares se sigue manteniendo por encima de los niveles previos a la crisis económica, ya que en el primer semestre de 2007, justo antes del comienzo de la recesión, rozaba el billón de euros, si bien en el cuarto trimestre disminuyó respecto a los trimestres anteriores.
Los mismos datos destacan que la deuda consolidada de las empresas y de los hogares e ISFLSH se situó en 1,611 billones de euros a cierre de 2018, lo que supone un 133,4% del Producto Interior Bruto (PIB) y es 5,7 puntos porcentuales inferior al ratio registrado un año antes.
La deuda consolidada de las sociedades no financieras representó un 74,5% del PIB (si se excluyeran los préstamos interempresariales, la ratio sería un 93,2%), mientras que para los hogares e ISFLSH, el porcentaje fue del 58,9%.
De esta forma, los activos financieros netos de las familias, que incluyen el dinero en efectivo, acciones, depósitos y valores en renta que poseen, se situaron en 2,152 billones de euros, ligeramente por debajo de los 2,186 billones que tenían a cierre de 2018, explica el Banco de España en una nota.
Este recorte es el resultado de una adquisición neta de activos financieros de 22.000 millones de euros en 2018 y de unas revalorizaciones netas negativas de 57.000 millones, debidas, fundamentalmente, a la caída del precio de los activos de renta variable, añade la nota.
En relación con el PIB, los activos financieros totales de los hogares e ISFLSH representaron un 178,1% a finales del cuarto trimestre de 2018, lo que significa 9,3 puntos porcentuales menos que un año antes.
Las operaciones financieras netas de los sectores residentes (empresas, hogares, instituciones financieras y administraciones públicas) registraron, en 2018, un superávit de 18.000 de euros, que equivale al 1,5% del PIB, frente al 2,2% observado en el conjunto de 2017.
Las empresas obtuvieron un saldo positivo (1,3% del PIB), así como las instituciones financieras (2,7%) y los hogares (0,1%), mientras que las administraciones públicas mostraron un déficit del 2,6% del PIB.
Por componentes, el grueso de los activos financieros de los hogares se encontraba en efectivo y depósitos, el 41%, seguido de participaciones en el capital (25%); seguros y fondos de pensiones (17%) y participaciones en fondos de inversión (14%).
El de efectivo y depósitos fue el componente que más incrementó su peso en los activos financieros de los hogares (en 1,7 puntos) con respecto a un año antes, mientras que el peso de las participaciones en el capital fue el que más cayó (-2,3 puntos).