ACS ha señalado este viernes que está trabajando con entidades financieras como Goldman Sachs, Natixis y Société Générale, entre otras, para una posible salida a bolsa de sus activos renovables, una operación que se encuentra en una fase preliminar de estudio. En este sentido, apunta a que está valorando sacar a bolsa una sociedad que agruparía un conjunto de activos fotovoltaicos, eólicos, termosolares y otros activos sostenibles, tanto en operación como en desarrollo y promoción, gestionados por su filial Cobra, tal y como ha apuntado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
El grupo que preside Florentino Pérez ha puntualizado que de momento no se ha fijado ninguna valoración o rango de valoración sobre la referida sociedad. Según apuntó este jueves Bloomberg el valor de la sociedad podría alcanzar los 2.000 millones de euros. Además, ACS ha agregado que ni los órganos sociales de ACS ni los de Cobra han adoptado ninguna decisión "formal" al respecto, dado que la operación se encuentra en fase preliminar de estudio y análisis.
El grupo Cobra, que emplea a más de 35.000 personas en 70 países, cuenta con distintos proyectos renovables eólicos, termosolares, fotovoltaicos, hidroeléctricos y de biomasa tanto en España, donde concentra la mayor parte de estos activos, como en Brasil, Chile, EEUU, Escocia, Panamá o Nicaragua, países en los que ha llevado a cabo distintos proyectos. La compañía, además del negocio renovable y de generación eléctrica convencional, cuenta con otras áreas de negocio entre las que se encuentran las redes de electricidad, gas, agua, comunicaciones, servicios auxiliares, así como las instalaciones eléctricas y mecánicas, ferroviarias o industriales.
En 2015, el grupo ACS ya agrupó sus activos renovables en la compañía cotizada Saeta Yield, que se convirtió en la primera "yieldco" europea de activos energéticos en cotizar en el mercado español. En el marco de esta operación, ACS acordó con varios fondos gestionados por GIP la venta de parte del capital. En febrero del pasado año el fondo canadiense Brookfield lanzó una opa sobre el 100% de Saeta a 12,20 euros que supuso la salida de ACS y GIP del accionariado, en el que controlaban el 24,2% y el 24,01%, respectivamente.
La estrategia inicial de crecimiento de Saeta se centraba en el acuerdo que tenía con ACS, que le proporcionaba acceso preferencial a la compra de los activos energéticos que poseía o tenía previsto desarrollar en el futuro.