El cierre al tráfico del centro de Madrid no está reduciendo los niveles de contaminación de la capital. Así lo certifican las cifras de concentración de NO2 que publica el Ayuntamiento, en las que vemos que solo dos de las veinticuatro estaciones medioambientales de la capital registran hoy menos polución que en el promedio de los últimos ocho años.
El gobierno de Manuela Carmena ha intentado sacar pecho con los datos de la estación de El Carmen. En esta demarcación, la concentración de NO2 expresada en microgramos por metro cúbico ha experimentado un descenso del 3,7%, pasando de 49 a 47 mg/m3 cuando se compara la media del primer trimestre de 2011-2018 con los tres primeros meses de 2019.
La de El Carmen es una de las dos estaciones medioambientales que registra un descenso de la polución desde que entró en vigor Madrid Central. También se ha producido una caída de las emisiones en Tres Olivos, donde la concentración de NO2 baja un 7,2% en el primer trimestre del año 2019.
En el resto de la capital parece certificarse el efecto frontera que denunciaron las fuerzas de la oposición municipal. Tanto Partido Popular como Ciudadanos advirtieron que el cierre al tráfico aumentaría los atascos registrados en otras áreas de la capital. En promedio, las demás estaciones medioambientales experimentan una subida del 16,1%, con aumentos que van del tímido 1,1% de Plaza Castilla al acusado 33,9% que se observa en el Ensanche de Vallecas.
Pero la comparativa más significativa para este debate es la que se centra en las estaciones medioambientales cercanas a Madrid Central, puesto que dichas instalaciones corresponden precisamente a las calles fronterizas a la almendra. En este caso, el aumento medio ha sido del 17%, con subidas de entre 8% y el 26%.
En Plaza de España, el aumento frente al promedio del primer trimestre de 2011-2018 va de 45 a 56 mg/m3. En Escuelas Aguirre, el repunte es de 55 a 69 mg/m3. También se produce un aumento en Cuatro Caminos, donde la polución sube de 49 a 53 mg/m3, y en Castellana, donde la subida abarca de 44 a 49 mg/m3.
Se confirma, por tanto, el fiasco de la estrategia medioambiental de Ahora Madrid. Las severas restricciones al tráfico no solo han provocado graves distorsiones en la movilidad automovilística, sino que no han dado resultado en términos de reducción de emisiones.