El programa económico de Vox no solo plantea recortar el gasto público en 24.000 millones de euros para reducir el déficit y una fuerte rebaja de impuestos, dejando el IRPF en dos tramos (con un tipo marginal del 22% para las rentas comprendidas entre 12.000 y 60.000 euros al año y del 30% en adelante), bajando Sociedades del 25 al 22% o eliminando Sucesiones y Donaciones, Patrimonio y Plusvalías municipales, sino que también incluye reformas estructurales de calado, incluyendo cambios sustanciales en el llamado estado del bienestar, cuyos grandes pilares son la educación, la sanidad y las pensiones públicas.
En cuanto al modelo educativo, el partido de Santiago Abascal apuesta por una "educación competitiva y de calidad basada en la libertad de elección", según el documento al que ha tenido acceso Libre Mercado. La formación pone negro sobre blanco a los problemas que padece la educación en España, empezando por el coste, ya que, si bien el gasto público destinado a esta materia se sitúa en la media de los países ricos (OCDE), la enseñanza pública pre-universitaria cuesta entre un 20% y un 27% más por alumno que la privada.
El problema, sin embargo, es que el rendimiento de los alumnos es inferior a la media de las economías desarrolladas, según muestra el informe PISA, que mide el nivel educativo en ciencias, matemáticas y compresión lectora. Por el contrario, una muestra representativa de colegios privados que imparten secundaria, también evaluados por dicho estudio el pasado año, arrojaron un rendimiento promedio de los estudiantes significativamente superior al de los centros públicos. Y a ello se suma el fracaso escolar, dado que apenas el 54% de los adultos entre 25 y 64 años han logrado un título de educación secundaria, frente al 75% de media de la OCDE.
Por ello, Vox concluye que "el modelo educativo español no funciona. Se invierte en él lo mismo que en el resto de países del entorno; los profesores dan más horas de clase que en el resto de países; hay menos alumnos por clase y, a pesar de eso, el porcentaje de estudiantes que terminan la educación secundaria es menor, las de abandono escolar están a la cabeza del ranking europeo, etcétera. En suma, existe una falta de coincidencia entre los esfuerzos presupuestarios acometidos y los resultados cosechados".
La educación es una de las "asignaturas suspendidas por España" y, como consecuencia, las familias con rentas medias y altas envían a sus hijos a colegios privados, cuyo coste no es asumible para aquellas con ingresos más modestos. Los fallos del modelo educativo español se explican por la estructura institucional en la que éste opera, ya que "tiene todos los defectos de los mercados monopolizados por las administraciones", limitando la competencia y desincentivando la calidad, advierte el programa.
"Despolitizar la educación"
Además, "el control de la enseñanza por el Gobierno central o por los periféricos genera el peligro, respaldado por la experiencia, de que las distintas administraciones intenten organizar la educación de tal modo que les permita moldear la mente de los alumnos a favor de sus posiciones políticas e ideológicas. Esto constituye no sólo un mecanismo de empobrecimiento del capital humano de cualquier Estado, sino un serio riesgo para la libertad individual". Enseñar a los niños las diferencias entre lo correcto y lo incorrecto ha de estar "dentro del ámbito de decisión de las familias y no del de los políticos", añade.
Por esta razón, Vox propone "despolitizar la educación". Esto es, que el Estado exija el cumplimiento por parte de las escuelas de unos "estándares mínimos, ceñidos al conocimiento de los hechos y de las ciencias positivas, dejando la enseñanza de materias como la política, la religión u otros tópicos polémicos a la libre elección de los padres. En este marco, obligaría a todos los colegios a enseñar ciertas cosas, pero no les impedirían impartir otras".
"Cheque escolar"
La receta concreta de Vox para solventar los problemas que padece el sistema educativo en España radica en la implantación del "cheque escolar". De este modo, los padres recibirían del Gobierno un bono por un importe equivalente al coste medio de un puesto escolar en un centro público para que decidan libremente a qué colegio, público o privado, quieren llevar a sus hijos, a imagen y semejanza de lo que han hecho otros países, como, por ejemplo, Suecia. Con este modelo se conseguirían cuatro objetivos, según el citado documento:
- "Los padres tienen la capacidad de elegir qué educación desean para sus hijos en lugar de la deseada e impuesta por los burócratas de la enseñanza".
- "La oportunidad de elegir y decidir sobre un aspecto básico, la formación de sus hijos, estimula su interés, su participación y su dedicación en el proceso educativo".
- "Los bonos escolares promueven la competencia y, por tanto, conducen a reducir los costes, a incrementar la calidad y a fomentar la innovación".
- "El cheque permite el acceso a las escuelas privadas de los alumnos de familias con rentas bajas y, por tanto, contribuye a hacer efectiva la igualdad de oportunidades".