El PSOE es alérgico a la economía. Me atrevería a apostar por que Pedro Sánchez y su equipo de asesores dibujaron un panorama electoral tan ajustado en el tiempo por la clara desaceleración que ya veían en la economía española, entre otras cosas. De celebrarse las elecciones después del verano, la recesión ya sería voz pópuli entre la ciudadanía y el flamante presidente del Gobierno –modo ironía ON– tendría que salir de los mítines entre afines para debatir y enfrentarse a preguntas y argumentos incómodos, las cosas que suelen hacer los candidatos a la Presidencia que no son Pedro Sánchez en este país.
España está pasando de tener capacidad para gestionar la desaceleración económica a necesitar un plan de choque para evitar la recesión. Los indicadores adelantados de nuestra economía se tornan en rojo y exploran terrenos inhóspitos desde hace años. Mientras los asesores económicos de Sánchez niegan la desaceleración, el propio Ministerio de Economía publica un resumen de indicadores en el que los signos negativos ya son mayoría.
El listado, como pueden comprobar, es notable. Aquí les dejo un hilo de Twitter con algún indicador más. No obstante, humildemente, pienso que hay tres indicadores que son los que mejor reflejan el estado actual de nuestra economía:
- El índice PMI manufacturero ha traspasado la barrera de los 50 puntos básicos a la baja en febrero de 2019. Esto significa una entrada en recesión por parte del sector manufacturero español; estamos ante una caída de 3,5 puntos en términos mensuales, y de 6,1 puntos en términos interanuales.
- La demanda de electricidad acumula cuatro de los últimos nueve meses con tasas de crecimiento negativas. La última, correspondiente al mes de febrero de 2019, ha ascendido al -5,5%, 12,1 puntos básicos por debajo del dato correspondiente al mes de febrero de 2018-. Por componentes, los datos de Red Eléctrica Española reflejan un mayor peso de los componentes de demanda en el descenso acumulado en los dos primeros meses del año -1,2% a la baja- que por una temperatura mayor.
- La venta de automóviles lleva seis meses en rojo y con una evolución a la baja. Tanto los vehículos particulares como los de empresas y los del canal alquilador reflejan datos negativos en el acumulado de los dos primeros meses del año, pero llama la atención el canal particular, que experimenta un descenso del -10,7% para los meses de enero y febrero de 2019 en términos interanuales.
Todo esto, recuerden, con uno de los mayores planes de estímulo público encubierto de los últimos años a cargo del propio Gobierno central, las autonomías y los ayuntamientos. Ni tan siquiera el récord de recaudación de la Seguridad Social, junto con el previsible de la Agencia Tributaria, serán suficientes para lograr el compromiso adquirido con Bruselas del 2,2% sobre el PIB en términos de déficit para el 2018. Según la Ministra de Hacienda, el dato final estará ligeramente por debajo del 2,7%. Ya saben, "herencia del Gobierno de Rajoy", por aquello de tirar de ironía.
Los indicadores que describen la economía real y son ajenos al ciclo electoral ya no muestran una desaceleración, sino indicios creíbles de recesión económica. El equipo de Sánchez, para contraponer esta dinámica negativa, ha decidido presentar 110 propuestas con las que afrontará las próximas elecciones generales y, lo que es más importante, un posible mandato a su cargo.
Llama la atención el documento por muchas cosas, cada cual más peregrina. Pero si por algo se puede medir el grado de podemización del PSOE es por la inexistencia de números en el programa electoral. Toda una senda estratégica a seguir para los próximos años sin impacto económico, ni mecanismos de financiación, ni -esto ya sería de nota- sensibilidades ante posibles escenarios que podríamos tener que afrontar. El dinero con el que Sánchez va a gestionar los verdaderos problemas del ciudadano español no es de nadie y, como tal, a Sánchez, le viene del cielo. A usted y a mí nos lo sacan coercitivamente de la cuenta corriente. Pero es por el "bien común". Ya saben.
Podría haber una posibilidad de cambio económico si Europa revertiera su tendencia negativa, pero los indicadores adelantados también sitúan a Alemania ante retos serios, y a Italia en una recesión que va más allá de un par de trimestres. O gestionamos nosotros la desaceleración, o alguien, antes o después, la gestionará por nosotros.
Europa tiene margen para la política fiscal. Países como Alemania han aparejado los últimos cuatro años de bonanza económica con superávit fiscal y ahora tienen capacidad de parchear la desaceleración acudiendo al sector público. La reducción de la deuda pública a nivel europeo es elocuentemente más pronunciada que la española.
Si Sánchez es reelegido presidente, ya ha dicho lo que va a hacer. Gastar más y subir los impuestos para recaudar menos. Además, lo hará acompasado con una Unión Europea que, por ahora, está despistada con las elecciones al Parlamento Europeo y en dar carpetazo al Brexit. Sin embargo, antes o después, se embarcará en un mensaje de "gestionar la desaceleración" como excusa para implementar nuevos planes de estímulo con cargo a la economía verde o a sectores estratégicos, por poner tan sólo dos ejemplos recientes que nombraba Macron en su misiva a los socios europeos.
Y, en gastar por encima de nuestras posibilidades, la España gobernada por el PSOE sí será líder, al igual que lo ha sido imponiendo la tasa Google, rechazada a nivel europeo… ¡Por la oposición, entre otros, de los países nórdicos! ¿Les suena de algo este más que probable escenario? Recopilemos:
- Negación de la desaceleración económica.
- Planes de estímulo público para contrarrestar una recesión "imprevisible".
- ¿Adivinan? Correcto. Crisis.
Ya lo deberíamos haber aprendido. Con 2008 debería haber sido suficiente. No espero una vuelta a los peores años de nuestra historia reciente, pues para eso haría falta un Lehman Brothers o similar, pero sí una recesión que se llevará por delante el esfuerzo de los últimos años y buena parte del fruto de su trabajo y ahorro. Al tiempo.