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El programa del PSOE esconde un agujero fiscal de 28.000 millones

Estamos hablando de un aumento del gasto de 30.000 millones de euros, frente a un modelo de ingresos mínimo.

Estamos hablando de un aumento del gasto de 30.000 millones de euros, frente a un modelo de ingresos mínimo.
Pedro Sánchez, presidente del Gobierno | EFE

Pedro Sánchez solamente tiene que alentar al rebaño para ganar las elecciones generales del próximo 28 de abril. Es única conclusión posible tras leer su programa electoral. Esa, y que ha encontrado en el target podemita una mina de votos que tiene que explotar, incluso aunque cueste la supervivencia financiera del país y la convivencia democrática dentro del marco constitucional.

Tengo por costumbre leer los programas electorales. Y nunca había visto uno tan vacío y lleno de cantos al sol como las 110 medidas que ha presentado el PSOE de cara a las elecciones. Los únicos números que hay en el documento son los de la numeración de las medidas. Ni tan siquiera el documento electoral de Podemos en 2016 fue tan vago en su memoria económica.

Usted, querido lector, imagínese que yo le digo que le voy a invitar de por vida a un hotel de las islas Maldivas y que no se va a tener que preocupar de absolutamente nada. Me hago cargo de todos los gastos. Si es medianamente inteligente, lo primero que hará será informarse sobre mi capacidad para financiar eso y, cuando se dé cuenta de que soy clase media, acudirá a preguntarme de dónde voy a sacar el dinero para pagarle su vida a todo lujo.

Precisamente lo que Pedro Sánchez no quiere hacer con sus votantes. Tras leer su programa electoral, comprendo a la perfección por qué no quiere participar en debates, ni acudir a entrevistas televisivas, ni, en general, a ningún acto ajeno a los propios de campaña, repletos de militantes y simpatizantes que agasajan sus oídos.

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Como se observa en la tabla, el agujero presupuestario que esconde el presupuesto de Sánchez es de una magnitud descomunal: 27.900 millones. La última vez que vi un desajuste similar fue con la aprobación del Plan E por parte del Gobierno de Rodríguez Zapatero.

Estamos hablando de un aumento de gasto de 30.000 millones de euros en el mejor de los casos (sin contar la balanza de la Seguridad Social, en la que se encajaría la indexación a las pensiones) frente a un modelo de ingresos para el que solamente citan nuevas tributaciones: La tasa Google (rechazada en Europa), el impuesto a las transacciones financieras, e impuestos medioambientales.

Por lo demás, ni una sola palabra acerca de cómo van a financiar este aumento tan brutal de gasto público. Para que se hagan una idea, la palabra "crecimiento" aparece solamente cuatro veces en el programa. Nada tampoco acerca de una senda de racionalización de las finanzas públicas clara y acordada. Con una frase comprometiendo a un proceso gradual que, a lo sumo, culminará en 2023 es suficiente para un partido que está dispuesto a saquearle hasta la pobreza con tal de seguir manteniendo una estructura clientelar hipertrofiada y llena de desincentivos. La colección de planes, observatorios y burocracia pública es digna de ser reconocida como una receta más para seguir incrementando el gasto público y acercándonos a la recesión.

Un plan de marketing con el que pretenden obtener un resultado positivo en las elecciones, probablemente, más disputadas de nuestra historia democrática. Esta semana el gobierno del Ayuntamiento de Madrid, con el apoyo del PSOE, han votado una legislación que echa de facto los pisos turísticos de la ciudad. Y como está, han echado a Google de España y ha habido una salida de empresas en Cataluña. Todo un ejemplo de la apuesta por la España digital y por las nuevas tecnologías que nombran en su documento.

Me hubiera gustado ser analítico, pero no ha habido materia prima. Tras leer el programa electoral del PSOE, me reafirmo en la sensación de observa una evolución negativa impasible hasta después de los comicios.

En mi opinión, Sánchez ya tiene aseguradas una serie de acuerdos marco con independentistas y fuerzas políticas minoritarias para seguir en Moncloa. Piensa que solamente tiene que esperar a que los frutos de los viernes sociales a cargo de todos vendrán solos.

Mientras, seguirá robando parcelas de libertad a personas necesitadas sobre las que aplicar el control clientelar. Por lo tanto, ante un plan liberticida, se hace urgente el voto en conciencia. Estamos ante un plan que, al igual que afirmé cuando firmaron el acuerdo PP y Podemos (lean) esconde más de lo que habla. Estamos ante un documento capaz de engordar la cifra de déficit sine díe y que colectiviza aún más la economía.

Todo financiado por los "ricos" que deciden comprar en Amazon, o tienen la fea manía de echar combustible a su vehículo, sea o no herramienta de trabajo, o la de ahorrar a través de la inversión. O sea, financiado por todos.

Sánchez ya tiene su segunda novela desde que está en el poder. Espero que la falta de profundidad y garante se venga abajo a través del depósito del voto a opciones políticas capaces de garantizar nuestros derechos y libertades, y los de nuestros hijos. Y espero, porqué no decirlo, una organización civil lo suficientemente crítica como para hablar del documento presentado por el PSOE como lo que es: un panfleto publicitario sin validez electoral. Si votan a favor serán cómplices de la entrada en recesión. Y se les ha avisado.

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