"Mujeres diciéndoles a otras mujeres cómo deben llevar sus vidas. Es el nuevo machismo imperante. Es muy peligroso porque viene disfrazado". Así de contundente abre la charla "Mujeres Libres" Cuca Casado, experta en estudios de violencia más allá del género y diplomada en enfermería.
A esta voz discrepante se le une otra de las figuras más representativas entre las mujeres que se oponen a los postulados del feminismo de tercera ola. La letrada, Yobana Carril, experta en la defensa de hombres maltratados por la ley, ha asestado duros golpes contra la ideología de género imperante y descrito este nuevo movimiento como una desgracia machista para las mujeres.
"Jamás creí que podría haber un supuesto feminismo que nos viera tan débiles que no considerara posible que las mujeres pudieran estar en una sociedad de personas. Jamás pensé esto. Es un hipermachismo extremista. Otras mujeres nos imponen cuotas y pretenden imponer los estudios de ingeniería a las mujeres, nos guste o no", comentaba Carril al público asistente a la conferencia, celebrada hace escasos días.
Casado a este punto añadía "la gran falsedad" que se esconde detrás de las buenas voluntades de las feministas, ya que olvidan a segmentos poblacionales muy vulnerables como son los niños o ancianos. Ponía de ejemplo su experiencia como enfermera: "Las personas maltratadas que entran en urgencias en su mayoría son niños y personas de la tercera edad, y de ello no se habla jamás".
La jurista habla de la desprotección de los menores a nivel legal. Critica que los protocolos de protección que se activan en el caso de las mujeres que han sufrido violencia de género son enormemente mejores que los dedicados a los infantes: "Los niños son los más desprotegidos jurídicamente. Van a denunciar acompañados de sus madres, que los han maltratado. He visto cómo los niños le decían a la Policía 'es que después tengo que volver a casa con ella', y volvía con su supuesta maltratadora".
Ambas especialistas argumentaban que, a nivel político, la dejadez con el asunto de la protección al menor se debe a que no es un tema de moda: "Los políticos se han montado en el carro de la violencia de género porque es tendencia y lo defenderán. En realidad, los partidos no tienen interés en el feminismo, sólo ven que es un voto fácil porque es un discurso fácil", defendía con rotundidad Carril.
Lo que prefieren las mujeres
Otro de los puntos abordados y que arrasa entre las feministas de pro es el de la brecha salarial. Tanto Cuca Casado como Yobana Carril están de acuerdo en poner encima de la mesa el contexto real de las mujeres trabajadoras y madres. La abogada penalista ha determinado que el sexo femenino, a nivel estadístico, opta en su mayoría por elegir pasar más tiempo con sus hijos que en el trabajo.
"En la vida todo es cuestión de sacrificios. La mujer que prefiera dedicarse a su carrera profesional se perderá cumpleaños de sus hijos. A mí me pasó. A cambio pude llevarlos a las mejores escuelas. Si hacemos lo mismo que los hombres, tendrá un precio. Es imposible tenerlo todo. La mayor parte de varones en miles de estudios sociológicos siguen inclinándose por ascender dentro del trabajo. No es el caso de ellas, pero yo no puedo criticar a esas mujeres que deciden hacer lo que quieran con sus vidas".
Sin embargo, el feminismo relaciona estas preferencias con los roles que inculcan a las mujeres desde su infancia. Carril rebate esta idea basada en la educación: "Los roles no solo son impuestos, también están aceptados. Hay una libre elección del género femenino y masculino en actuar como lo hacen, es algo que no se puede obviar".
Feminismo juvenil
Una de los asistentes, una chica joven, saca una de las cuestiones más vistosas del feminismo patrio: la juventud de quienes se erigen abanderadas del movimiento. La manifestación del 8-M fue una clara representación de miles de veinteañeras que, entre risas y cartelería doméstica, ponían a parir al machirulo opresor de turno.
Carril tiene una clara explicación para este apoyo masivo juvenil: "Cuando se es joven la idea del feminismo es muy romántica y, además, hay que pensar que tiene un gran marketing. Plantean un gran marketing, te crean un problema y te lo solucionan. Es decir, hago que te sientas indefensa en la sociedad y después te digo cómo te protejo. Es una ingeniera social perfecta que penetra en los jóvenes y echa raíces entre este público más vulnerable, no puedes contrastarlo con otras experiencias de vida", añade.
Además, a tenor de las profundas raíces que las feministas han sabido plantar, el debate planteaba un interrogante no menos importante: en la era de información ¿no podrían contrastar los estudios o teorías? "Hay que decir que los jóvenes están tan hiperinformados que se produce, paradójicamente, el efecto contrario. No pueden hacer criba entre millones de datos, llevamos una vida muy loca y ellos buscan focos de información cercanos, prácticos y rápidos, y estos son el colegio, el instituto y la facultad. Van a aceptar primero lo que menos conflicto les crea, a las personas que les proporcionan los datos ya digeridos y masticados. El esfuerzo de cribar datos no lo van a hacer y se quedan con lo primero que pillan y lo que mejor les suena", concluye.