Libre Mercado ha tenido la oportunidad de entrevistas al economista Juan Ramón Rallo a propósito de la nueva edición del Máster en Economía en cuya dirección lleva desde el año 2014.
- El 26 de abril comienza la 11ª edición del Máster en Economía UFM-OMMA (online) que codiriges y en octubre arrancará la 2ª edición del Máster en Economía de UFM Madrid (presencial) que diriges, ¿cómo calificarías la experiencia?
La experiencia ha sido excelente. Más de 200 alumnos han pasado por el programa y han mostrado un alto nivel de satisfacción por todo lo que han aprendido. Muchos incluso siguen estudiando e investigando por su cuenta (algunos de ellos han iniciado el programa de doctorado que ofrece OMMA con la Universidad Francisco Marroquín de manera conjunta). Haber sido capaces de guiar a tanta gente en su aprendizaje profundo de la ciencia económica es algo de lo que nos podemos sentir orgullosos.
- ¿Por qué este Máster? ¿Cómo surgió la idea?
Creíamos que faltaba un máster en economía, especialmente en su modalidad online, que permitiera a cualquier persona, partiendo casi desde cero, adquirir unos conocimientos muy avanzados en ciencia económica, y hacerlo además en la que pensamos que es la mejor de las tradiciones dentro de la historia del pensamiento económico, la que conecta la escuela clásica con las escuelas austriaca, de la elección pública, neoinstitucionalista, de Chicago y de Bloomington. Ahora, además, aquellos que quieran hacerlo de forma presencial pueden realizarlo en el campus de la Universidad Francisco Marroquín en Madrid.
- ¿Cuáles son los puntos fuertes del Máster? ¿En qué lo hace diferente a cualquier otro máster en economía?
El Máster se diferencia de otros programas similares en varios aspectos. Primero, no es un máster para profundizar en lo que se ha aprendido en la universidad sino para adquirir conocimientos de ciencia económica avanzados, pero partiendo desde muy abajo.
En segundo lugar, en cuanto a contenido, es un máster que aborda lo que tradicionalmente se conocía por economía política, es decir, no es un máster volcado en los más recientes métodos cuantitativos de análisis de la ciencia económica, que pueden ser muy válidos, pero se alejan del propósito de este programa.
La economía política intenta aunar conocimiento y perspectivas de otras disciplinas conectadas con la economía como la ciencia política, la psicología, antropología, el derecho... Todo ello, junto con la tradición económica antes mencionada, hace que estemos ante un programa que faltaba en el mercado.
- ¿Qué le va a aportar a un alumno cursar el programa?
Al alumno le va a aportar una visión integral de los sistemas económicos en los que todos nos movemos, entendiendo la economía como un sistema complejo dentro del cual los individuos tratan de coordinarse unos con otros, y en ese proceso de coordinación dan lugar a efectos no intencionados que terminan agregándose en esos fenómenos emergentes y complejos a los que me refería inicialmente.
Por tanto, el alumno entenderá cómo aquellas fuerzas que pueden parecer fuera de nuestro control –o incluso movimientos aleatorios que no siguen ninguna causalidad– en el fondo son consecuencia de las decisiones de las acciones humanas de millones de individuos actuando de manera coordinada entre ellos. Y eso es algo que a simple vista no es intuitivo, y precisamente porque no es intuitivo es necesario un análisis sofisticado sobre todas las variables que terminan conduciendo a ese fenómeno mucho más complejo: el conjunto del sistema económico.
- Tras todos estos años, ¿qué te han ido transmitiendo los muchos alumnos que han pasado por el Máster?
El grado de satisfacción de los alumnos con el Máster es muy grande. De hecho, la mejor publicidad que se puede hacer es dejar que los alumnos que han pasado por el Máster hablen y expliquen sus experiencias.
Eso no significa que el Máster sea perfecto, que no haya ningún elemento que mejorar: durante las pasadas ediciones hemos ido introduciendo ajustes gracias a las sugerencias que nos han ido haciendo los alumnos. Los estudiantes del Máster terminan ilusionados por seguir aprendiendo, por seguir adquiriendo conocimientos a partir de todo el bagaje adquirido.
- ¿Qué diferencias encuentras entre el método online y la enseñanza presencial?
Para quien no haya participado en una clase online, creo que el prejuicio con el que se puede entrar a ella es pensar que no tiene nada que ver con la enseñanza presencial. Sin embargo, cuando uno se sumerge en la enseñanza online se da cuenta de que las diferencias con la presencial no son tan importantes: ni una es mejor en todo ni otra es peor en todo.
La enseñanza online comparte los grandes beneficios de la presencial, no hay una merma en la capacidad de aprendizaje, y combina ventajas como la comodidad: estudiar desde casa o el despacho sin las distracciones y los peajes que supone acudir a un aula física. Nuestros alumnos, además de poder asistir en tiempo real a las clases, cuentan con la posibilidad de disponer de la grabación de las mismas para repasar las explicaciones del profesor tantas veces como deseen.
Por añadidura, la interacción con otros alumnos o el profesor es total. ¿Qué ventajas ofrece la presencial? Un contacto mucho más directo e inmediato con el profesor y los compañeros. Aunque nuestra experiencia nos dice que los alumnos del Máster online establecen relaciones más allá de lo que dan de sí las interacciones que se producen durante las clases.