La asociación Libertad Animal Navarra ha decidido trasladar las reivindicaciones feministas al mundo animal. En un comunicado emitido a través de sus redes sociales, han exigido "proteger a las hembras animales que son maltratadas y violadas en mataderos y en granjas lácteas".
Los animalistas navarros, además, abogan por el feminismo antiespecista y se posicionan claramente en contra del capitalismo: "Los animales son víctimas de los intereses económicos de las crueles industrias para las que la palabra compasión es un impedimento para hacer más dinero", recriminan.
En este sentido, el colectivo también ha hablado acerca de "la cosificación de las vidas y los cuerpos de los animales", y piden de urgencia que este tipo de objetualización del animal "sea sometido a un escrutinio minucioso por parte de las feministas, dado que el feminismo trata, ante todo, de luchar contra el modo en que el patriarcado ignora los intereses y la subjetividad de ciertos sujetos en beneficio de otros, que han sido designados de forma arbitraria como superiores".
Tampoco han querido olvidar en su manifiesto la crítica hacia la raza blanca opresora y malévola: "Debemos comprometernos con cuestiones críticas sobre nuestras dietas, así como revisitar los cuerpos de los que hablamos en nuestra teoría feminista, es uno de los primeros pasos para descolonizar nuestras mentes y cuerpos del patriarcado de la supremacía blanca". Además, critican que el "sexismo y especismo son formas igualmente injustificables de discriminación, y ambos se manifiestan de patrones opresivos de jerarquía y dominación semejantes"".
Fenómeno mundial
Pero el feminismo animalista no es un hecho aislado surgido en tierras navarras. Es un auténtico fenómeno mundial en el que están implicados también políticos. Es el caso de la senadora mexicana Jesusa Rodríguez, quien recientemente dejó perpleja a la opinión pública con sus declaraciones. La política asignaba los mismos derechos de las mujeres a todos los animales hembras del resto de las especies, dejando bien claro que la igualdad femenina debe ser aplicada también "a las vacas, puercas y burras". "Todas las hembras de todas las especies son iguales a los humanos y deben ser iguales a los humanos", expresaba contundente en su alegato.
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— Jesusa Rodríguez (@jesusardgz) March 8, 2019
La organización mundial animalista PETA también hizo suyo el movimiento feminista animal centrándose en la explotación de las gallinas "víctimas del humano y del gallo". Tanta es la solidaridad que reclamaban con las aves de granja que pidieron que se dejara de comer huevos, a que era una "forma de explotar a las hembras". Y no quedó ahí la cosa. PETA calificó a las mujeres que cocinaban con huevos de "traidoras de su propio género" y de "antifeministas" por no tener empatía con las gallinas y ser cómplices del patriarcado.
A pesar de lo disparatado que suena, este grupo estadounidense de Personas por el Trato Ético a los Animales, cuenta con tres millones de socios que lo avalan. Y en vista del éxito que ha tenido el feminismo animalista, la ONG ha decidido centrarse en salvar a las hembras y dejar a un lado los ataques de pintura que los activistas arrojaban antaño a las famosas que llevaban abrigos de visón.
Su nueva líder, Michelle Kretzer, mostraba su profunda preocupación por "las justificaciones de mucha gente a la hora de negar los derechos básicos a los animales". De este modo, equiparaba "esta injusticia" con "el desprecio al sufrimiento de las mujeres" e instaba a reconocer a las gallinas como "aves con enormes virtudes".