Los grandes cifras que maneja Mercadona tienen dos caras, las relativas al propio negocio de la empresa y las relacionadas con el impacto que genera en el conjunto de la economía española. Las primeras se conocieron el pasado martes, después de que el grupo de distribución anunciase un beneficio de 593 millones en 2018, un 84% más que un año antes, mientras que las ventas aumentaron un 6%, hasta los 24.305 millones de euros.
Por otro lado, el grupo invirtió 1.504 millones en 2018, un 50% más que en el ejercicio anterior, de los que 962 millones han sido para apertura de nuevas tiendas, 257 millones para automatización de logística, 225 millones para transformación digital y 60 millones para las aperturas en Portugal.
Asimismo, cerró el ejercicio con una plantilla total de 85.800 trabajadores, tras crear 1.800 nuevos empleos, para los que se firmó un convenio con los sindicatos UGT y CCOO por cinco años que permitió un aumento de salarios del 1,2%. Ha repartido 325 millones en primas para el 98% de la plantilla, y 130 millones han sido dividendos. Y el grupo cuenta hoy con 1.636 tiendas tras abrir 29 nuevos supermercados y cerrar otros 20 que no se ajustaban a los estándares de amplitud y comodidad de la cadena.
Sin embargo, a estos datos que recoge su balance se suman otros menos perceptibles, aunque igualmente importantes, relativos al impacto económico que genera la compañía. Y es que, más allá de su propia actividad (venta del producto en sus tiendas), Mercadona genera otros impactos indirectos como consecuencia de las compras que realiza a sus proveedores y estos a su vez a los suyos, y así sucesivamente en los distintos eslabones de la cadena de producción, tal y como detalla un informe del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) publicado el martes.
Su impacto económico tiene un doble origen: el gasto corriente de funcionamiento (compras a proveedores, servicios contratados, sueldos y salarios, y alquileres); y las inversiones que realizan Mercadona y sus proveedores. Como resultado, Mercadona generó una riqueza de 22.860 millones de euros para la economía española en 2018, equivalente al 1,9% del PIB, y mantuvo a 629.186 ocupados, el 3,4% del empleo total, frente al 1,7% y el 3% cosechado en 2017, respectivamente.
Estos números muestran un año más la importancia que tiene Mercadona como motor de crecimiento en la economía española. Así, por cada euro de renta que genera la compañía que preside Juan Roig en sus tiendas (en forma de salarios, beneficios y alquileres), genera 5,1 euros en el resto de la economía, y por cada puesto de trabajo en la compañía, acaba creando 7,4.
La distribución de los impactos por ramas de actividad revela que es el sector servicios el que concentra la mayor parte (75% en términos de renta y el 73% en términos de empleo), seguido por la industria agroalimentaria (15% en términos de renta y 19% en términos de empleo). Dentro de los servicios, destaca el sector comercio (que genera el 31% de la renta y el 33% del empleo total), mientras que en la industria, el principal sector beneficiado por la actividad de Mercadona es la industria de la alimentación (en torno al 8% del impacto total).
Impacto fiscal
El informe, dirigido por el director adjunto de Investigación del Ivie, Joaquín Maudos, incluye también el análisis de la recaudación fiscal derivada de la actividad de Mercadona, que en 2018 asciendía a 8.852 millones de euros, equivalente al 2,1% de la recaudación total, incluyendo cotizaciones a la Seguridad Social
Los impuestos directamente soportados o recaudados por Mercadona suponen 1.575 millones de euros (de los que 953 millones son los soportados por la empresa), mientras que los generados como consecuencia del impacto indirecto e inducido de su actividad se cuantifican en 5.501 y 1.776 millones de euros, respectivamente.