El impuesto de matriculación recaudó 513 millones de euros en 2018, lo que supone un incremento del 31,6% con respecto al año anterior, es decir, unos 120 millones de euros más, según datos de la Agencia Tributaria. Este aumento, el mayor desde 2011, se debe, principalmente, a la caída en las ventas de los vehículos diésel y al nuevo protocolo para medir las emisiones, según concluye el análisis realizado por el comparador de coches de Rastreator.com.
En los últimos años, el mercado de los vehículos diésel ha registrado caídas en las ventas de forma "paulatina", hasta que en 2018, por primera vez en 20 años, las matriculaciones de vehículos de gasolina superaron a las de diésel (58,3% frente al 41,7%, según datos de Anfac). Esto ha provocado que las emisiones de dióxido de carbono (CO2) por vehículo hayan aumentado y, por tanto, el impuesto de matriculación registre cifras "récord". En 2018, la cuota media de esta tasa por cada vehículo matriculado aumentó un 22%, hasta los 377 euros por coche.
"Las medidas medioambientales que restringen el acceso a las ciudades, unidas a la subida de impuestos y el aumento del precio del gasoil, han provocado que el descenso en las ventas del diésel sea en 2018 mucho más brusco que en años anteriores. El efecto lógico ha sido el incremento en las ventas de los vehículos de gasolina y, por tanto, que un mayor número de vehículos estén obligados a pagar el impuesto de matriculación, ya que superan el nivel mínimo de emisiones de CO2, fijado en 120 gramos por kilómetro recorrido", explicó el responsable del comparador de coches de Rastreator.com, Borja Polo.
A este nuevo escenario marcado por las nuevas leyes europeas de emisiones y la futura Ley de Cambio Climático hay que sumar el incremento del precio del diésel. En 2018, costaba una media de 1,19 euros por litro, mientras que las previsiones actuales apuntan a que podría llegar a costar 1,25 euros el litro en 2019, lo que supone un aumento del 4,5%, según la consultora automovilística MSI.
Consecuencias de la nueva normativa
El cambio del sistema de medición de emisiones NEDC (New European Driving Cycle) al sistema WLTP (Worldwide Harmonized Light-Duty Vehicles Test Procedure) en septiembre de 2017 ha provocado que muchos modelos registren unos consumos superiores a los que tenían con el antiguo sistema. Sin embargo, aunque este sistema debería haberse aplicado desde septiembre de 2018, el Gobierno decidió aplicar una moratoria que amplía el plazo para aplicar el WLTP hasta 2020.
"A partir del próximo año, con el nuevo método de mediciones en vigor, el incremento en la recaudación por el impuesto de matriculación sufrirá incrementos aún más notables, no solo por aumentar las emisiones oficiales de algunos modelos, sino porque se reducirá el porcentaje de vehículos que quedan exentos de abonar esta tasa", concluyó Polo.