El interés de los inversores inmobiliarios por Barcelona se hunde. El problema de la okupación que sufre la capital catalana, las políticas regulatorias en materia de vivienda de Ada Colau y el desafío separatista son los factores que explican que el capital inversor esté huyendo de la Ciudad Condal.
Así lo ha revelado el último estudio de Tendencias del Mercado Inmobiliario elaborado por PwC y el Urban Land Institute. El informe destaca que Barcelona ha pasado del puesto número 11 al 27 en el ranking de destinos europeos para inversores inmobiliarios. En el lado contrario está Madrid, que ha escalado de la quinta a la cuarta posición.
Pero lejos de que informes de esta índole hagan recapacitar a los dirigentes de la Barcelona viendo que están condenando a su ciudad al ostracismo, los miembros del equipo de Colau celebran la debacle. Por ejemplo, como se puede ver en la imagen, el concejal de Vivienda del Ayuntamiento de Barcelona, Josep María Montaner, no ha dudado en compartir en su propia cuenta de Twitter la reflexión de otro tuitero, que según su descripción, dice ser "hijo del 15-M".
Compartir y dar por válidas este tipo de teorías le hacen un flaco favor a una ciudad que está perdiendo interés no sólo entre los inversores, sino también entre los turistas y entre las empresas, muchas de las que se han ido para no volver.