España sufre un problema de envejecimiento de la población, además de tener una tasa de crecimiento demográfico negativa. En los seis primeros meses del año pasado nacieron 179.794 niños, mientras que murieron 226.384 personas. Y, en todo 2017, se registró la tasa de natalidad más baja de las cuatro últimas décadas, con 8,4 bebés por cada mil habitantes. Pero, dentro de nuestro país, Asturias es la región con menos tasa de fecundidad. Es más, Asturias es la región donde menos niños nacen de toda Europa. Esto ha hecho que, a día de hoy, ya haya más perros registrados en el censo que niños y jóvenes.
Las cifras no dejan lugar a dudas, el censo de mascotas caninas ha aumentado a un ritmo de 10.000 nuevos perros registrados por año en la última década, 100.000 perros más. Según los datos del Registro de Identificación de Animales del Principado, ya figuran 163.627 perros. Mientras que en el registro civil figuran solamente 150.674 menores de 20 años. Es decir, ya hay 13.000 perros más que jóvenes en Asturias.
La serie histórica de nacimientos, iniciada en el año 1990, refleja que Asturias registró en 2018, por primera vez, menos de 6.000 nacimientos por año, quedándose en 5.785 –227 nacimientos menos que los registrados en 2017–. Algo que unido a la cada vez mayor tendencia de tener canes en casa da como resultado este curioso hecho. Por si fuera poco, el número de defunciones en 2018 en Asturias aumentó un 1,1% quedándose en 13.297 muertes, una pérdida poblacional de 7.512 habitantes.
Cambiando el modelo
El aumento de los canes en Asturias no solo ha generado que ya haya más que jóvenes menores de 20 años. Sino que las propias ciudades, pueblos y negocios se están adaptando a la nueva realidad. Según revela el diario asturiano El Comercio muchos municipios se han declarado dog friendly y están adaptando parques e instalaciones.
Oviedo ha avanzado en los últimos meses en dar respuesta a las necesidades de las mascotas. Lo ha hecho con el encargo de la construcción de seis nuevos parques caninos y una inversión de 73.000 euros. En Gijón, los comercios están viéndose obligados a permitir la entrada de los canes en los locales y en los establecimientos hoteleros para contentar cada vez a los clientes. Pero el movimiento afecta también a los concejos y otros municipios de menor población.