Tras un periodo de sólido crecimiento económico y marcado optimismo, que tuvo su cenit en 2018, las perspectivas de los empresarios españoles en la economía se han deteriorado de manera muy notable en la última parte del año. Un mayor número de directivos se muestran ahora más pesimistas respecto a la evolución de la misma en 2019.
El enfriamiento de ciclo económico, la incertidumbre política y las tensiones geopolíticas explican el cambio de actitud de los empresarios, algo generalizado en todo el mundo. Así lo revela la última oleada del International Business Report (IBR), la encuesta de la firma de consultoría Grant Thornton que analiza de forma semestral las percepciones y expectativas de más de 10.000 empresarios y ejecutivos de todo el mundo de cara al corto y medio plazo.
Si en el primer semestre de 2018 el nivel de optimismo de los directivos españoles con respecto a la situación económica se disparó hasta el 69% neto (diferencia entre optimistas y pesimistas), hoy el sentimiento optimista se queda en un 11% neto, debido, sobre todo, al significativo incremento de empresarios que se muestran ya ligeramente pesimistas (25%).
La caída del sentimiento optimista en España está en línea con la registrada tanto en la Unión Europea, donde la confianza en la economía cae 18 puntos, desde el 46% neto anterior, como a escala global, que cae 15 puntos en seis meses hasta el 39%, el nivel más bajo registrado desde finales de 2016.
El retroceso del optimismo coincide con una mayor preocupación por la incertidumbre económica. La mitad de los directivos consultados la considera ya el principal freno para el crecimiento, frente al moderado 28% de hace solo seis meses. En el caso de los españoles, el 46% cree que la incertidumbre será un obstáculo muy importante para su desarrollo en 2019.
Para Alejandro Martínez Borrell, presidente de Grant Thornton en España, "las tensiones comerciales, la ralentización de China, el temor a la entrada de Alemania en recesión técnica, o la incertidumbre creada tras hacerlo Italia, junto con la amenaza de un Brexit duro y las revisiones a la baja de las previsiones de crecimiento por parte de las instituciones económicas internacionales, han hecho mella en el sentimiento de los empresarios de todo el mundo con respecto al futuro de la economía global".
Expectativas de ingresos y beneficios
Sin embargo, los empresarios se muestran más confiados y optimistas cuando se les pregunta por el futuro de su negocio en los próximos doce meses. Así lo refleja el hecho de que un 85% de los directivos confíe en alcanzar unos ingresos iguales o superiores a los de 2018; y que solo un 8% crean que sus exportaciones se reducirán. Aunque descienden moderadamente con respecto al segundo trimestre de 2018, todos los indicadores se mantienen en niveles positivos, y por encima de la media de la Unión Europea.
"Si bien los niveles de optimismo en la economía mundial han caído y la incertidumbre ha crecido, una vez que el ciclo económico parece haber tocado techo, la economía real sigue mostrando fortaleza y signos de crecimiento. Las perspectivas de los empresarios con respecto a su negocio en 2019 siguen siendo buenas. Asistimos a una vuelta a la normalidad después de un crecimiento rápido y acentuado, lo que no significa que estemos ante una recesión. En un entorno así, las inversiones en capacidades e infraestructuras pueden generar dividendos cuando la economía cambie" señala Martínez Borrell
El saldo neto de empresarios que cree que sus ingresos crecerán en 2019 es aún muy elevado, con un 44% frente al neto 57% registrado en la primera mitad del año. Se trata de un dato significativamente alto entre los países de la Unión Europea, y supera al expresado por holandeses, franceses (35%), alemanes (32%), italianos (32%) o británicos (31%), e incluso al de los empresarios estadounidenses (41%). En términos absolutos, hasta un 85% de los empresarios españoles cree que sus negocios facturarán más que en 2018 o, al menos, lo mismo.
En el caso de los beneficios, la situación es similar. A pesar del descenso de 12 puntos en las expectativas de rentabilidad, el saldo neto registrado a finales de año (32%) supera en 5 puntos la media de la Unión Europea (27%). Solo un 9% de las empresas opina que sus beneficios descenderán en 2019, frente a un 41% que espera verlos aumentar, y un 46% que cree que se mantendrán iguales a los de 2018.