La Feria Mundial del Turismo (Fitur) que se celebra en Madrid está demostrando que contra la pasión por los viajes y la cultura del turismo no pueden ir ni la ira más rabiosa del gremio de taxistas. A pesar de los intentos reiterados de los manifestantes de colapsar las entradas al recinto de Ifema y taponar las bocas de metro, nada ha impedido que esta edición de 2019 haya batido récord de visitas.
Ríos ingentes de personas caminan bajo los gritos de los huelguistas con la mirada puesta en las entradas de los pabellones. Los visitantes están ansiosos por darse una vuelta por el mundo y en sus caras se ve el entusiasmo de la experiencia sensorial que están por vivir en los nueve pabellones. Más de 100.000 visitas se registran al día, miles de usuarios se sientan a elegir la mejor elección para sus vacaciones. Pero es difícil saber cuál es el mejor destino, ya que los 886 expositores y las 10.487 empresas de 165 países del mundo compiten en atraer las miradas de los futuros turistas.
La enorme importancia del evento se refleja en las cifras que dejará en la capital española. Esta macroquedada de los continentes en Madrid generará este año hasta unos ingresos de 325 millones de euros desde el 23 al 27 de enero, según estiman los organizadores de Fitur.
Don Quijote, ninjas y robots
Tan sólo caminar por el interior de cada pabellón del recinto se observa que Fitur no es una feria más. Don Quijote y Sancho Panza pasan por nuestro lado mientras observan a unas bailarinas indonesias que llaman la atención de los viandantes. A pocos metros, se vislumbran varias parejas de falleros valencianos con unas gafas de realidad virtual que recorren el Coliseo romano. Mariachis, antiguos guerreros mexicanos y ninjas japoneses prueban los vinos y pinchos que ofrece La Rioja.
La marca España arrasa hasta entre los propios trabajadores de los operadores turísticos de África o América Latina. A la que pueden, los empleados se escapan y se cuelan a probar las delicatessen de Asturias, Galicia o Andalucía. Nada mejor que tirar de gastronomía para concentrar cientos de curiosos que pugnan por esa ración de calamares o el jamón de bellota acompañado de un Ribera del Duero de la zona.
La fortaleza del sector nacional se escucha entre los extranjeros que hacen cola felices: "¡Spanish muy muy bueno todo, siempre, love Spain!", nos dicen sonrientes un grupito de jóvenes de Birmingham que visitaron el día anterior el Museo del Prado. El pulpo gallego, las cervezas o la carne a la brasa de Castilla lo están poniendo difícil a otras regiones. Pero hay Fitur para rato y para todos. Allí no se cabe.
Continuamos la ruta. No sólo de tapas y paisajes vive España. Este año destaca la oferta Fitur Gay, Fitur Festivales o Fitur Salud. Resulta que nuestro país está entre los favoritos para hacer turismo sanitario. El sol, el mar y las montañas ayudan a cualquier recuperación y es lo que se vende sobre todo al público de la tercera edad europeo, el más asiduo a nuestros médicos y ambiente cálido. Allí se observan cómo esperan su turno para elegir la mejor clínica. ¿Se puede disfrutar de unas vacaciones enfermo? Pues oye, parece ser que sí.
Fitur demuestra que hay una y mil formas de turistear. Es el caso de la ruta de Festivales que exhiben este año Fitur Festivales ubicado en el pabellón 3. La Asociación de Promotores Musicales (APM) colabora con esta iniciativa y explica a través de mesas redondas que "el sector de la música en vivo es un negociazo redondo ahora mismo en España". Decenas de jóvenes atienden a las charlas, son festivaleros en potencia.
Este nuevo perfil de turistas de conciertos y pistas de baile con super djs son responsables de que en 2017 encadenara la cuarta subida consecutiva en facturación, al convertir los 223,2 millones de euros recaudados en 2016 en 269,2, y llegando así a niveles superiores a los registrados en 2012, según fuentes de la APM. Un nuevo atractivo económico que está haciendo que el turismo musical haya cobrado especial protagonismo este año.
Otro nuevo usuario que viaja y gasta como ninguno es aquel que se encuentra dentro del nicho de mercado de la oferta de hoteles, fiestas y eventos gays. Fitur Gay expone nuevos países que se han anexionado a este segmento. Juan y Sergio están viendo las fiestas turísticas homosexuales que propone Tailandia: "Queríamos ir allí, pero no sabíamos que ya habían lugares específicos para el público gay. Está muy bien", nos cuenta Sergio mientras va cargado de folletos. Nueva York y Portugal también compiten por ofrecer destinos específicos a un turismo que suele gastar de media al día 200 euros y no se anda con chiquitas.
El turista, una nueva especie
Que todo el mundo viaja o ahorra para hacerlo es un hecho en el 2019 de este siglo XXI. La democratización de precios en hoteles, aviones o estancias Airbnb con sus habitaciones low cost han creado una nueva masa ciudadana que busca placer hedónico en cualquier parte del mundo. Nace una nueva especie: el turista.
Las tradiciones siguen vendiendo. India y Asia ofertan espiritualidad y calma para el turista occidental. Todo un clásico que sigue funcionando. Yoggis, inciensos, música relajante, bailes hipnóticos y comida vegetariana atraen a un tipo de turista occidental que ansía búsquedas personales. Los hoteles espirituales de Fitur recrean, a través de enormes pantallas de cine, estancias rodeadas de vegetación con clases de iniciación al budismo. Qué relajación, casi nos estamos durmiendo de pie. No es de extrañar después de las caminatas por el recinto que decenas de visitantes se tiren a las alfombras indias y finjan que hacen yoga. Hay que descansar como sea. El mundo de Fitur es muy grande.
Más allá de las tradicionales y exóticas músicas caribeñas, las gélidas catrinas, los ritmos de Boyacá, Cartagena o Calí, el algodón de azúcar o el zumo costariqueño, está FiturTech. Qué duda cabe que las religiones o trajes regionales fascinan por lo variopinto y colorido de las culturas humanas, pero en esta edición la tecnología futurista se abre paso.
Cantabria, por ejemplo, presenta Astroland, el parque que próximamente recreará la vida de los primeros terrestres que vivirán en Marte. Un simpático astronauta norteño nos saluda. De repente, dos señores llamados NAO y Pepper se unen a la reunión. Son dos robots que hacen alucinar a cualquiera. "¡Los nuevos recepcionistas y camareros del siglo XXII!", grita un hombre sonriente desde su stand del futuro. Junto a Pepper, pasa una chica vestida de flamenca y le da al robot la mano. Esto es Fitur... Una chispa de lo que está sucediendo en el mundo.