El gobierno municipal de Madrid impulsó el cierre al tráfico de la almendra central de la capital con el argumento de que las restricciones a la circulación favorecerían una mejora notable en el aire de la Villa y Corte. El planteamiento del gabinete que dirige Manuela Carmena contaba con un fuerte aumento del uso del transporte público como palanca para reducir la contaminación en la ciudad.
Sin embargo, los datos que ha presentado el Ayuntamiento de Madrid ponen de manifiesto una realidad muy distinta. "Si se descuenta el crecimiento orgánico de la Empresa Municipal de Transporte, el aumento en el número de viajeros para Madrid Central ha sido del 1,63% en los días laborables", reconoce el consistorio en un comunicado emitido el pasado 11 de enero.
Las cifras de los días laborables son especialmente importantes, puesto que el grueso de la circulación por la almendra central tenía lugar entre lunes y viernes. Sin embargo, la subida del 1,63% que reconoce el Ayuntamiento se queda muy por debajo de los niveles necesarios para consolidar un cambio efectivo en los patrones de movilidad de los madrileños.
Si analizamos el volumen de viajeros que emplea los autobuses de la EMT los sábados, domingos y festivos, la conclusión es igualmente decepcionante: "el aumento por Madrid Central ha sido del 2,6% los sábados y del 3,8% los domingos y festivos", admite el gobierno de Manuela Carmena en su comunicado a los medios.
El efecto desplazamiento del tráfico también ha quedado de manifiesto con las cifras de circulación de la M-30. Según admite el consistorio, "el tráfico ha aumentado ligeramente en esta vía, que se ha convertido en la opción alternativa para el tráfico de paso". El incremento en la intensidad del número de vehículos que circulan por la M-30 se ha movido entre el 0,9% y el 1,79%, de acuerdo con distintos indicadores facilitados por el propio Ayuntamiento.
También se ha constatado el efecto desplazamiento en la recaudación que obtienen los aparcamientos municipales. En Madrid Central, estos parkings recaudan un 14,3% menos, mientras que en las zonas colindantes se da una caída del 6,9%. Sin embargo, en los aparcamientos exteriores limítrofes a la zona restringida al tráfico, la recaudación sube un 7,6%, confirmando que una parte importante de la circulación que abandona el centro se dirige ahora a otras zonas de la ciudad.
Otro indicador que refleja el caos generado por Madrid Central es el registro de consultas ciudadanas. Desde el 30 de noviembre, el servicio de información en la calle ha atendido a más de 31.487 ciudadanos, mientras que las oficinas del consistorio y la línea telefónica 010 han recibido 32.936 preguntas. De hecho, aunque la web de Madrid Central ha recibido 730.000 visitas, solo se han tramitado 18.000 peticiones de entrada en la zona.