El ritmo de crecimiento de la economía española se está debilitando, según ha advertido la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en línea con las perspectivas de desaceleración detectadas para el resto de las principales economías de la zona euro, así como para el conjunto de países del 'Club de países desarrollados'.
La lectura de noviembre del índice compuesto de indicadores líderes (CLI) para España vuelve a apuntar a una moderación del impulso de crecimiento, después de bajar a 98,94 puntos desde los 99,13 del mes anterior. "Podemos confirmar que el índice compuesto de indicadores líderes para España sigue apuntando a un pérdida de impulso de crecimiento", indicaron a Europa Press desde la OCDE.
De este modo, este indicador diseñado para anticipar los puntos de inflexión de la tendencia de la actividad económica en una periodo de seis a nueve meses acumula once caídas mensuales consecutivas en el caso de España, situándose en su nivel más bajo desde agosto de 2013. Respecto al mes anterior, el dato registró una caída de 0,19 puntos, mientras en términos interanuales el descenso fue de 1,45, por encima del retroceso medio de la OCDE del 0,12 mensual y del 1,13 interanual.
Así pues, se confirma la desaceleración de la economía nacional en un momento en el que el Gobierno pretende aprobar los Presupuestos Generales del Estado más expansivos desde 2012. El Ejecutivo apuesta por elevar el gasto público en cerca de 23.000 millones de euros en 2019 sobre unas previsiones de ingresos que difícilmente se cumplirán debido a la ralentización económica, lo cual se traduciría en más déficit y deuda.
Menor crecimiento general
Además, en línea con los síntomas de debilitamiento del crecimiento de España, el dato correspondiente al conjunto de la eurozona, que se deterioró a 99,4 puntos desde los 99,5 del mes anterior, anticipa la desaceleración del crecimiento económico de la región, mientras que en la OCDE bajó a 99,3 puntos desde los 99,4 de octubre, lo que sugiere una pérdida de impulso económico y supone su peor lectura desde octubre de 2012.
En el caso de Alemania, el indicador adelantado empeoró a 99,8 desde los 99,9 puntos del mes anterior, ofreciendo "signos de debilitamiento del impulso de crecimiento", mientras fuera de Europa, la economía estadounidense pasó de mostrar signos tentativos de debilitamiento en octubre a confirmar la pérdida de impulso en la lectura de noviembre, cuando su indicador bajó a 99,6 puntos desde los 99,8 del mes anterior.
De hecho, en el caso de EEUU se trata de la primera vez desde mayo de 2016 que el índice compuesto de indicadores líderes ofrece síntomas de "pérdida del impulso de crecimiento", según explicó la institución. Así, entre las principales economías de la OCDE únicamente Japón mostraba un "impulso estable de crecimiento", manteniendo el indicador en 99,7 puntos por cuarto mes consecutivo.