Los Presupuestos que presentó ayer lunes el Gobierno socialista en el Congreso siguen dando que hablar. Entre sus muchas letras pequeñas, el Ejecutivo contempla que la Dirección General del Catastro fije el valor de referencia en el mercado de 78,06 millones de inmuebles urbanos y rústicos.
La idea de Hacienda es que los valores catastrales se ajusten a los reales, y en pleno ciclo alcista de los precios de la vivienda, todo apunta a que esa revisión será al alza. Todavía no está claro para qué utilizará María Jesús Montero la creación de este nuevo valor, que será distinto del valor catastral, la referencia sobre la que se calculan los impuestos que tienen que ver con la vivienda, como por ejemplo, el IBI. Varios medios como El Confidencial o ABC, recogen que fuentes de Hacienda descartan, por ahora, sustituir el valor catastral por este nuevo índice, aunque de lo no hay duda es que el departamento de Montero le buscará alguna utilidad.
Lo que sí ha puesto en marcha Hacienda en este sentido es la revisión de seis millones de valores catastrales que afectarán a 1.000 municipios españoles. La revisión podrá ser al alza o a la baja, ya que depende del coeficiente que se aplique. Por ejemplo, las viviendas valoradas en 2012 habrían aumentado su valor en estos años y tendrían que pagar más IBI, mientras que las valoradas entre 2008 y 2012 habrían perdido valor. La subida o bajada del tributo depende, exclusivamente del último año en el que el Ayuntamiento aplicó la revisión del Catastro. Hay consistorios que no han actualizado todos los valores catastrales entre 1984 y 2003, esos vivirán subidas. En el peor de los casos, aquellos municipios que realizasen la última revisión antes de 1990, la subida del IBI podría ser de un 8%.
Algunos de los consistorios que podrían subir el IBI son: Badalona (Barcelona), Cádiz, Santander, Guadalajara, Avilés (Asturias), Granada, Huesca, Lorca (Murcia), Coslada (Madrid), Las Rozas (Madrid) o Valencia.