El Gobierno de Pedro Sánchez pretende aprobar, al menos sobre el papel, uno de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) más expansivos desde el inicio de la crisis, tan sólo equiparables a los de 2009-2010, cuando el Ejecutivo socialista de José Luis Rodríguez Zapatero puso en marcha su ya famoso Plan E, o los de 2012-2013, cuando tuvo lugar el rescate público de las cajas de ahorro.
Los PGE recogen los ingresos y gastos del Gobierno central, organismos autónomos, Seguridad Social y otras agencias del Estado, pero también llevan a cabo el reparto de la mayoría de la financiación correspondiente a comunidades autónomas, diputaciones y ayuntamientos. Es decir, los Presupuestos reflejan, en gran medida, las cuentas del sector público en España. Dichas cifras se recogen en los denominados "Presupuestos consolidados".
Según el proyecto presentado este lunes en el Congreso, el presupuesto consolidado de gastos ascenderá a un total de 472.660 millones de euros en 2019, lo que supone un incremento del 5,1% respecto a las cuentas de 2018, esto es casi 23.000 millones más que el Presupuesto de 2018. Habría que retroceder al año 2013 para encontrar un aumento superior (+46.000 millones de euros), en base siempre a las previsiones presupuestarias (el gasto realmente ejecutado puede variar).
De esta cifra, sin embargo, hay que restar 127.300 millones en operaciones financieras (refinanciación de deuda pública en su mayoría). Una vez descontada esa partida, el gasto no financiero previsto para este ejercicio asciende a 345.358 millones de euros, el 73,1% de todo el presupuesto consolidado y un 5,3% más que los PGE de 2018, unos 17.500 millones extra. Una vez más, habría que retroceder a las cuentas de 2010, el último Presupuesto expansivo de Zapatero, para encontrar un aumento semejante del gasto no financiero (+26.000 millones).
Las transferencias corrientes son el capítulo con mayor dotación, con un importe de 261.961 millones de euros, que representa el 55,4% de los gastos consolidados, un 5,4% más que un año antes. Si a este importe se le añaden las transferencias de capital, que ascenderán a 9.735 millones (+3,3%), el 57,5% del presupuesto consolidado se destina a partidas de otros agentes, públicos y privados, de la economía.
En concreto, el 71,7% de las transferencias se destinan a familias e instituciones sin fines de lucro, siendo su componente más importante las pensiones. Las transferencias a las Administraciones Territoriales representan el 17,1% sobre el total. Por su parte, los gastos de personal ascenderán a 23.372 millones de euros, un 3,9% más que un año antes, y los gastos corrientes de bienes y servicios suman 8.588 millones de euros, un 5,5% más. De su lado, los gastos financieros (intereses de deuda), que sumarán, 31.449 millones de euros, caerán un 0,5% como consecuencia de los menores costes de financiación pública.
El fondo de contingencia y otros imprevistos contará con una dotación de 2.501 millones de euros, un 9,9% más, mientras que las inversiones reales, con un presupuesto de 7.753 millones, crecerán un 2,3%, quinto crecimiento consecutivo desde el inicio de la crisis económica, aunque muy por debajo del aumento del 14,8% del año pasado.
Aumento histórico de ingresos
En cuanto a los ingresos, el presupuesto consolidado asciende a 324.713 millones de euros en 2019, lo que representa un incremento del 7,9%, casi 24.000 millones más que los PGE de 2018, mientras que los ingresos no financieros se sitúan en un total de 316.181 millones de euros, con un aumento del 7,8% (+23.000 millones).
Se trata de un incremento histórico, difícilmente creíble, tal y como avanzó Libre Mercado. Habría que retroceder a los años de burbuja inmobiliaria para encontrar una evolución similar de los ingresos.
La recaudación por impuestos directos (IRPF y Sociedades fundamentalmente) y cotizaciones sociales crecerá un 6,5%, hasta los 223.614 millones. De este total, 126.810 millones de euros, un 9,6% más, se corresponderá con los impuestos, mientras que por cotizaciones sociales se recaudarán 151.430 millones de euros, un 7% más que este año.
Por su parte, los impuestos indirectos, entre los que se encuentra el IVA, repuntarán un 15,8%, hasta los 54.627 millones de euros, mientras que las tasas y otros ingresos tributarios caerán un 0,8%, hasta los 14.523 millones.
Asimismo, las transferencias corrientes supondrán unos ingresos de 13.349 millones de euros, lo que supone un 9,2% más que este año, al tiempo que el Gobierno espera recaudar por ingresos patrimoniales 7.316 millones, un 22,6% más. De esta forma, las operaciones corrientes sumarán 313.429 millones de euros, un 8,1% más, mientras que las operaciones de capital caerán un 12,6%, hasta los 2.752 millones de euros.
Los recursos más importantes son los impuestos y las cotizaciones sociales, que representan en conjunto el 88% del importe total de ingresos no financieros consolidados. El resto de recursos está compuesto, fundamentalmente, por transferencias, tasas e ingresos patrimoniales.