Esta semana se ha presentado el Índice de Libertad Económica en las Ciudades Españolas. Elaborado por la Fundación para el Avance de la Libertad, este trabajo de investigación estudia el desempeño de las principales urbes de nuestro país y destaca a los gobiernos locales de Almería y Alicante como los más favorables para las ideas del laissez faire.
La clasificación de Madrid en el ILECE deja mucho que desear. De las treinta grandes ciudades analizadas, la Villa y Corte figura apenas en el puesto 30 del listado. Punto por punto, la nota cosechada por la Administración que gobierna Manuela Carmena se revela como una de las más intervencionistas del mapa local.
Así, el ILECE destaca lo siguiente sobre la gestión económica del Ayuntamiento madrileño:
- Presupuesto. El gasto por habitante es el más alto de las treinta ciudades estudiadas. Hablamos de 1.850 euros por vecino frente a los 1.700 de Barcelona o los 1.500 de Bilbao y Vitoria. El promedio de las urbes analizadas se sitúa cerca de los 1.000 euros.
- Deuda. Pese al plan de amortización presentado por Ana Botella y respetado parcialmente por Manuela Carmena, la deuda sigue siendo mayor a los 1.000 euros por habitante. En Las Palmas, Vigo o Bilbao, el pasivo municipal ronda los 0 euros.
- Morosidad. El pago a proveedores se sitúa en promedio en los 42 días de espera media. Frente a esta cifra, Pamplona y Málaga registran un pago medio en 29 días, mientras que Barcelona y Bilbao se quedan en 27.
- Multas. La voracidad recaudatoria del consistorio destaca especialmente en el apartado dedicado a las multas de todo tipo. Cada año, las sanciones suponen 72 euros por vecino. Por comparación, el promedio de las treinta ciudades analizadas es de 25 euros por habitante. En Barcelona, esta rúbrica es de 33 euros por cabeza.
- IBI. El Impuesto de Bienes Inmuebles acarrea en Madrid el palomas elevado en términos per cápita. Hablamos de un recibo medio de 438 euros, mientras que la práctica totalidad de las ciudades estudiadas no llega a los 300 euros.
- Burocracia. En un ranking de 0 a 100 puntos, el excesivo tamaño de la plantilla municipal de Madrid deja a la capital en un mediocre resultado de apenas 17 puntos. Por comparación, las grandes ciudades asturianas (Gijón y Oviedo) logran una nota de 63 y 61 puntos, respectivamente.
Hay algunas categorías en las que la nota cosechada por Madrid es algo mejor, pero los planes del gobierno de Manuela Carmena avanzan en la dirección equivocada:
- Tasa turística. Madrid no aplica ninguna, pero el actual gabinete municipal se ha mostrado partidario de introducirla.
- Impuesto a los Vehículos de Tracción Mecánica. El gravamen de Madrid es similar al del resto de capitales, pero el consistorio ha planteado su aumento como parte de las medidas orientadas a restringir el tráfico rodado.
- Subvenciones. El monto total de transferencias se sitúa en mitad de la tabla, pero la presente legislatura ha estado marcada por un continuo aumento de estos gastos.
- Zona azul. El coste en Barcelona es dos veces mayor, pero Madrid se sitúa entre las capitales que más dinero recauda por este concepto.
- Municipalización de servicios. Madrid está lejos del paradigma de colaboración público-privada observado en Almería, Elche, Oviedo,Vigo… Durante la presente legislatura se han revocado concesiones en ámbitos tan dispares como la gestión de centros deportivos, la prestación de bicicletas eléctricas o el manejo del servicio funerario.
Así las cosas, el bagaje de Manuela Carmena deja muchas sombras en materia económica. No sorprende, pues, que Madrid aparezca en el puesto 22 del ILECE, lejos de las ciudades que menos trabas imponen al sector privado.