En los años 90, Milton Friedman propuso la elaboración de distintos índices de libertad económica con el objetivo de medir qué países apostaban en mayor medida por las ideas del laissez faire y qué naciones tomaban el rumbo opuesto. Desde entonces, instituciones como la Fundación Heritage de Estados Unidos o el Instituto Fraser de Canadá han popularizado este tipo de rankings.
Esta semana llega una nueva vuelta de tuerca a este concepto de investigación económica. Se trata del Índice de Libertad Económica de las Ciudades Españolas (ILECE). La primera edición de esta publicación ha sido impulsada por la Fundación para el Avance de la Libertad y está firmada por tres autores: Óscar Timón, Alejandro Mulet y Aitor Carmona.
Para estudiar de forma empírica qué gobiernos municipales favorecen la libertad económica y qué administraciones locales hacen todo lo contrario, el ILECE estudia cuatro grandes pilares:
- Desempeño: abarca el presupuesto por habitante, el peso que ha alcanzado la deuda del Ayuntamiento, la morosidad en el pago a proveedores, el volumen de empresas registradas en el municipio en relación con la extensión del mismo y el peso de las subvenciones por habitante.
- Burocracia: considera el número de empleados municipales per cápita, el posible exceso en el número de policías municipales y el gasto salarial en trabajadores públicos.
- Intervencionismo: estudia el número de empresas municipales y el peso de la gestión pública en los servicios prestados al ciudadano.
- Presión fiscal: analiza el IBI (tipo y recaudación por habitante), el Impuesto de Vehículos de Tracción Mecánica, la existencia de tasas hoteleras y el precio del aparcamiento en la zona azul.
En cabeza de la tabla nos encontramos con Almería, que consigue una nota de 62,51 puntos sobre un total de 100. La segunda posición es para Alicante, que logra 61,42 puntos en el ILECE 2018. Completan el top cinco La Coruña, Vigo y Santa Cruz de Tenerife, con calificaciones de 59,86, 59,23 y 58,86, respectivamente. En el top diez se cuelan otras urbes como Elche, Oviedo, Pamplona, Córdoba o Sabadell. Peor le va a Bilbao, Gijón, Málaga, Las Palmas de Gran Canaria o Terrassa, que se quedan fuera de las diez primeras posiciones.
Madrid languidece en el ranking y cae al puesto 22, por detrás de Murcia y Zaragoza. Según el ILECE 2018, "la ciudad más poblada es también la que más le cuesta a sus habitantes. Persiste, además, un elevado nivel de deuda municipal, a pesar de que la recaudación por IBI es desproporcionadamente alta. El peor indicador de todos es el relativo a la recaudación por multas, donde existe una gran voracidad sancionadora". La calificación general de la Villa y Corte es de 49,29 puntos.
Barcelona sale aún peor parada y figura en la posición número 27 de la tabla, por detrás de Palma de Mallorca o Sevilla. Los autores explican que "la capital catalana tiene un coste excesivamente elevado y debería bajar tasas como la de estacionamiento o el impuesto hotelero. Hay espacio de mejora para reducir el IBI y existen demasiadas empresas municipales que prestan servicios en ámbitos donde existen compañías privadas especializadas". La calificación general de la Ciudad Condal es de 45,49 puntos.