Una asignatura pendiente en España es la exposición oral de un discurso ante el público. La educación se ha centrado en los análisis por escrito, olvidando que la oratoria es todo un arte que debe entrenarse concienzudamente, y si no que se lo digan a Sócrates. La demanda laboral exige grandes habladores que sepan llamar la atención durante más de cinco minutos. Sí, no parece un gran reto, pero dado que tecnologías como el smartphone están creando una nueva generación con gran déficit de atención, atraer la mirada del interlocutor se convierte en una odisea. Y si el tema es de cierto espesor, la conversación se debilitará hasta que la mirada se dirija hacia la seductora pantalla de un móvil.
Para afrontar el reto de que alguien nos escuche sin desviar los ojos y, además, le interese lo que contemos, llega Chiara. Una entrenadora que se puede llevar puesta. Así es, a casa, a la oficina, al parque o al bar. La compañía barcelonesa Team Training Consulting ha inventado unas gafas de realidad virtual inmersiva que hace sentir al usuario que tiene un gran público ante él.
La empresa española ha sido la primera en darle forma al artefacto futurista y, ciertamente, Chiara, promete. "En un curso de 6 semanas, las gafas permiten realizan presentaciones hasta en 24 escenarios distintos", explica con orgullo la gerente y fundadora de la empresa pionera, Soraya del Portillo. "Es la primera tecnología de realidad virtual que existe a nivel mundial para aprender oratoria y saber manejar al público. El alumno se pone las gafas de realidad virtual y ensaya, por ejemplo, cómo vender un producto ante un grupo de clientes o cuál es la mejor manera de influir en una idea, es muy práctico", explica la directora de Team Training Consulting.
Coletillas, respiraciones o pausas
Si hablas más alto de la cuenta, si haces pausas muy alargadas o si utilizas demasiadas coletillas, la máquina enseguida se percata y llama la atención para que el alumno realice las correcciones pertinentes. "Lo que se persigue es buscar la credibilidad de los oyentes", destaca la madre de Chiara.
Incluso si estás cogiendo carrerilla y no controlas la velocidad de las palabras, Chiara avisa para que frenes el ritmo del discurso. "La entonación también es filtrada por las gafas, los gritos no son del agrado del asistente y modular la voz es otra de las tareas que se pueden aprender", comenta la empresaria barcelonesa.
Obviamente, todos los públicos no son iguales, aunque para eso también está configurado el programa virtual. "Chiara recrea hasta 24 escenarios posibles con diferentes perfiles de oyentes que están escuchando atentamente lo que dices", confiesa Del Portillo.
Adiós al nerviosismo
Los nervios suponen un gran obstáculo y acrecientan la torpeza discursiva si ante nosotros hay decenas de personas expectantes en un auditorio. Cualquier error se magnifica en una tarima o escenario. Pestañear frecuentemente o respirar de forma entrecortada no está bien visto y puede restar fuerza y presencia a la exposición, pero la coach digital está en todo y si se acelera el corazón, las gafas inmersivas lo detectan. A Chiara, no se le escapa una. Finalmente, en unas semanas todo este tipo de torpezas que se cometen a causa del estrés y miedo escénico, se logran superar gracias al disciplinario curso personalizado, o, al menos, eso dicen en Team Training Consulting.
Por ahora, Del Portillo está muy feliz, ya que la empresa española está preparando a Chiara para que viaje hasta Latinoamérica. "Nos han llamado desde muchos países interesados y comenzaremos a distribuir este producto a nivel mundial", responde la creadora, quien ha contado con la ayuda de expertos en lingüística y foniatras del laboratorio de Fonética de la Universidad de Barcelona. "Chiara está muy bien educada", concluyen desde la compañía con entusiasmo.