"Falta definición en la propuesta económica de Bolsonaro y estamos ante una diabólica aritmética parlamentaria, donde es difícil llevar a cabo reformas estructurales", aseguró Juan Carlos Martínez Lázaro, profesor de IE Business School, en la mesa redonda celebrada por la Cámara de Comercio Brasil-España, bajo el título Desayuno Conexión Brasil: Nueva Política Económica de Brasil en la que se puso de manifiesto una extrema fragmentación del Congreso, que dificultará la adopción de las medidas necesarias.
El evento ha contado con la intervención de Elena Pisonero, anfitriona y presidenta de Hispasat; José Gasset, presidente de CCBE; Juan Ruiz, Economista Jefe para América Latina de BBVA Research; Juan Carlos Martínez Lázaro, profesor de IE Business School; y ha sido moderado por John Müller, periodista de El Mundo. Martínez Lázaro añadió en su discurso que "los mercados han bendecido la elección de Bolsonaro, pero la economía brasileña precisa abordar el problema fiscal para conseguir su estabilización, con reformas estructurales como las pensiones y la seguridad social. Las líneas del programa de Bolsonaro no tienen mucho detalle. La melodía suena bien, pero lo difícil es poner la letra".
"Es preciso acometer la reducción y el control de los gastos gubernamentales, con la modificación, por ejemplo, del popular programa de Bolsa de Familia; la disminución de los costes de la deuda por la recuperación del grado de inversión y por la bajada de los tipos de interés. También la reforma de un sistema de pensiones pasando a un sistema de capitalización voluntario; la modernización de la estructura productiva del país; y el aumento de la inversión en infraestructuras con la colaboración de inversión privada", aseguró Martínez Lázaro.
El periodista John Müller puso sobre la mesa de debate, que Paulo Guedes ya ha anunciado cómo estará estructurado el nuevo Ministerio de Economía, con seis secretarías generales, que arrojan ciertas pistas, sobre todo, en lo que se refiere a mejorar la competitividad en los mercados y la reducción del gasto público. "Las noticias son positivas cuando se observa que el equipo económico tiene en su ADN el liberalismo económico", aseguró al respecto, Juan Ruiz, Economista Jefe para América Latina de BBVA Research. "Con personas que vienen de otros gobiernos, y que no han tenido ningún problema en incorporarse a éste. La duda es que se aprecia cierta dicotomía entre el equipo económico, el social y el político, en esa visión liberal-intervencionista".
"En Brasil, llegamos a 2018 después de pasar la peor recesión, con una caída del 8% del PIB y una salida de la misma muy lenta. Estimamos que el crecimiento potencial debería ser en torno al 2%. Este crecimiento bajo se debe a varios motivos. Entre ellos, a la caída de los precios de las materias primas, el ruido político que se ha generado, y a la ausencia de reformas estructurales en los últimos 10-15 años, sin olvidar que el tema más urgente a abordar hoy es el tema fiscal", aseguró Juan Ruiz.
"Es obvio que este problema viene de la caída de los ingresos fiscales desde 2015, pero también hay elementos estructurales que se deberían acometer para reconducirlo. Así, un aumento del gasto público, un déficit estructural del sistema de pensiones y una carga de intereses de la deuda asociados. Si la trayectoria no se detiene, los mercados pondrán en duda la sostenibilidad de la deuda. Y por supuesto, coincido en que una de las medidas a abordar con urgencia, es la reforma de la seguridad social, además de la reforma tributaria y del gasto público. A esto hay que añadir, que el tipo de cambio se ha depreciado en los últimos años condicionado por los flujos del capital" concluyó.
Retos y fortalezas de Brasil
Juan Ruiz ha querido poner sobre la mesa los retos y las fortalezas que tiene ante sí Brasil en materia económica. Por un lado, el tamaño del mercado interno de más de 200 millones de habitantes y su diversificación productiva. Además, de una mayor diversificación de sus exportaciones y la abundancia de recursos naturales, así como la competitividad en la producción de materias primas y la robustez del sistema financiero. También se destacó la fortaleza de sus instituciones y la separación de poderes, sobre todo, en lo que se refiere a la independencia del poder judicial. Como retos urgentes a abordar, el ya mencionado tema fiscal y el sistema tributario, el déficit de las infraestructuras y la falta de competitividad, el ambiente de negocios, así como la pobreza y la desigualdad social.
La perspectiva que se dibuja en el ámbito económico en Brasil es la inexistencia de consenso para medidas concretas. "Estamos ante un Congreso fragmentado por lo que se hará difícil el consenso político, pero sí que se atajarán seguramente, temas como la reforma de la Seguridad Social, aunque no de forma ambiciosa, ejecutándose de forma gradual, y con una recuperación económica no muy acentuada. Eso sí, Brasil será incapaz de recuperar el crecimiento perdido sin reformas, a pesar de esta recuperación esperada", concluye.
En la mesa redonda también se trataron diversos temas a los que deberá hacer frente el nuevo ejecutivo, como la falta de seguridad en el país, la privatización de empresas e inmuebles públicos, lo que abre nuevas posibilidades a la inversión, y Mercosur como vía para la liberalización y apertura de su economía. Habrá que esperar a que las medidas se vayan concretando, y dar un cierto margen de tiempo al nuevo gobierno que se estrena en 2019 en Brasil. Un país en el que sigue siendo muy rentable la inversión.