Chris McIntyre, fundador del fondo McIntyre, ha anunciado que está invirtiendo en uranio debido a que esta materia prima ha subido un 41% desde el pasado mes de abril y se acerca a máximos de dos años, después de una fuerte caída. Esta ‘commodity’ cayó en desgracia después de la catástrofe nuclear de Fukushima en 2011 y dio lugar a cierres de plantas en Japón y Alemania. A pesar de la subida actual, está todavía un 60% más barato que en 2011.
Por otro lado, están las minas de uranio, ya que algunas tenían prevista su clausura después de lo ocurrido en Fukushima. Como consecuencia, la producción estaba bajando, pero este año ya se están recuperando los niveles de generación de energía nuclear anteriores a 2011, por no hablar de que la Unión Europea está comenzando a ver con buenos ojos la energía nuclear.
De hecho, ahora se espera que la tendencia a largo plazo se mantenga al alza y para el año 2035 la demanda mundial aumente un 44%. China tiene 19 reactores nucleares en funcionamiento y 41 en construcción. Además, India está construyendo 6 y tiene previstos iniciar la construcción de otros 15. Por eso, según indican diversos analistas, es probable que el precio del uranio siga subiendo.
La empresa nacional China ha comprado recientemente una mina en Namibia que garantiza por sí misma el 3% de la producción mundial, mientras que la Administración estadounidense está considerando restringir las importaciones de uranio por seguridad. Por su parte, grandes exportadores como Kazajistán, que abastece dos quintas partes de la producción mundial, se muestran optimistas.
Auge de la energía nuclear
Muchos ciudadanos de Estados Unidos, Asia y Europa están optando cada más por la energía nuclear en respuesta al aumento de los precios de la electricidad desde el despliegue de las energías renovables, como paneles solares y turbinas eólicas.
Una prueba de esta tendencia es que, en un referéndum planteado en Arizona sobre el cierre de la central nuclear del estado y la sustitución por un despliegue masivo de paneles solares, ganó por un 70% la opción de seguir con la central. En Múnich, el pasado octubre hubo una importante protesta de varias asociaciones para impedir el cierre de nucleares. Esta tendencia también está ganando la batalla en Holanda, donde mediante otro referéndum se decidió apoyar la construcción de nuevos reactores nucleares.