Dos cuentos infantiles titulados "Te quiero papá" y "Te quiero mamá" han sido denunciados por FACUA: "Perpetúan los estereotipos que pueden denigrar la importancia de la mujer", alega la organización.
La editorial que publica estas dos ediciones, Todolibro, ha manifestado a este diario que no es la primera vez que los atacan y obligan a cambiar el contenido de sus libros. En este sentido, el gerente, Manuel Arias, ha contestado al portavoz de FACUA, Rubén Sánchez: "Son acusaciones absurdas. ¿No estamos en un país libre? ¿No se supone que hay libertad de expresión? ¿Es que sólo la hay para lo que ellos digan?".
Asimismo, la empresa editora aclara que los cuentos cuestionados se transcribieron de la narración original británica al español hace un década. "No vemos machismo en el libro, si bien es cierto que hoy en el ejemplar Te quiero mamá el niño pide a la madre que si le puede lavar al osito, mientras que en su versión dirigida al padre, Te quiero papá, le dice que le enseñe a montar en bici. Hoy en día, no sucede así. Padres y madres lavan la ropa y montan en bici, aunque tampoco veo nada de malo en que una madre cuide a su hijo. De todos modos, estos libros apenas se venden. Pero no podemos llegar a esto, tenemos que respetar la libertad de expresión y que sea el propio cliente el que decida si comprarlo o no", aclara Arias.
Ni rosa ni azul
Pero esto no es sólo un capítulo aislado de los tiempos posmodernos. El propio gerente de la editorial critica que desde hace diez años, reciben una gran presión por parte de asociaciones públicas para que los editores cambien los finales de los cuentos. Y no sólo eso, los colores rosa y azul han desaparecido de las librerías por ser calificados de "sexistas". "Tuvimos que cambiar diarios personales o comuniones con los colores rosa y azul porque les parecía mal a las organizaciones de ideología de género. Para no tener problemas estamos utilizando el naranja y el verde. Así no dicenque es machista", revela el editor.
Arias reitera que no se puede atentar contra la libertad de los consumidores: "¿Qué pasa, que un padre no puede comprar un diario azul a su hijo porque lo dice FACUA?" Y puntualiza que "son los propios padres los que compran rosa para niña y azul para niño, y los pequeños están encantados". "Es el colmo, vamos a terminar pidiéndoles permiso para saber qué es lo que tenemos que publicar o no".
Bello y Bestia...
Desde Todolibro insisten en que sufren continuos ataques a sus publicaciones, siendo el pan de cada día. "Nos ha pasado mil veces. Por ejemplo, varias asociaciones nos exigieron cambiar el final de Caperucita Roja porque estaba mal que el lobo se la comiese. En el cuento original es lo que pasa y querían que transcribiéramos que el lobo terminaba haciéndose amigo de Caperucita. Y lo hicimos. Tuvimos que cambiar el final. Es el colmo", confiesa resignado el gerente.
Cabe recordar que la moraleja de Caperucita, quien terminaba realmente siendo comida por el lobo, no era otra que educar al niño en la prevención y la prudencia a la hora de hablar con extraños. Pero la visión de un mundo donde existen peligros está siendo borrada del imaginario de los menores. El popular psicólogo, escritor y conferenciante, Jordan Peterson, alerta del síndrome de La Bella Durmiente. La princesa vivía tan sobreprotegida por sus padres que cualquier contacto con la realidad la destruía. "Las nuevas generaciones sufrirán mucho más que las anteriores al más mínimo contratiempo si se sigue en esta dinámica", aclaraba el autor canadiense de 12 reglas para vivir. Un antídoto al caos (Editorial Planeta).
La persecución de los correctores morales hacia las editoriales es un fenómeno global que va de punta a punta del mapa mundial. Los cuentos tradicionales son carne de cañón para la ideología de género. Así, tenemos productoras americanas que con grandes inversiones están reinventando relatos. Buen ejemplo de ello, es el canal de Youtube Como debería haber terminado, que recoge fábulas como la de Los tres cerditos o Ricitos de oro y transforman la narración. Después de reeditarlos son etiquetados como "Cuentos de hadas arreglados". Ni el lobo es lo que era ni Ricitos de Oro es tan adorable.
En la web Pequeñoocio.com, Caperucita es feminista, el malvado lobo feroz es vegetariano y la Bella, un bello y la bestia, una niña muy fea. No obstante, ¿son estas nuevas versiones mejores que las anteriores o responden a una propaganda política?
"Las editoriales estamos muy hartas. Mis compañeros lo lamentan a diario. Estamos día sí y día no lidiando con estos toques de atención. Al final terminamos claudicando a lo que nos piden por no tener problemas y perder dinero porque siempre ganan. Es una dictadura encubierta", se queja con pesadumbre el director de Todolibros. "Es un fastidio porque esto no tiene fin y organizaciones como FACUA nunca están satisfechas, viven de ello", concluye el empresario.