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La rebelión de las madrastras: "Arruinaron a nuestros maridos y nos toca a nosotras mantener a sus exesposas"

La Asociación de Segundas Mujeres denuncia que sus hijos son "los bastardos de la Justicia". 

La Asociación de Segundas Mujeres denuncia que sus hijos son "los bastardos de la Justicia". 
Manifestación de la Asociación de Segundas Mujeres | SegundasEsposas.org

El cuento de la malvada madrastra es sólo eso, un cuento. La asfixiante situación emocional y económica que viven buena parte de las mujeres que se casan con hombres divorciados en España ha sido, hasta ahora, absolutamente desconocida. Sin embargo, estas madres y segundas esposas se han cansado, y ahora apuestan por denunciar públicamente que "la Justicia española trata a nuestros hijos como bastardos, favoreciendo los intereses del primogénito". Sí, según comentan las afectadas, se dictaminan a diario sentencias al estilo del Antiguo Egipto o el medievo.

Un total de 800 mujeres conforman la Asociación de Segundas Mujeres (ASM) en España. Son féminas que se han enamorado de varones con divorcios conflictivos a sus espaldas, pero juntos han construido una nueva familia. Sin embargo, la dura legislación que favorece y privilegia en los litigios a la mujer por su género obliga a los padres separados a afrontar condiciones económicas inasumibles en sus nóminas. Esto los deja con los bolsillos vacíos para poder sufragar los gastos de nuevos hijos con sus segundas esposas.

Tal es el expolio al que se ven sometidos los varones que, en numerosos casos, son las madrastas quienes llegan a mantener a su marido, a la ex y a los hijos de la ex, además de los suyos propios. Un dislate. Las madrastas son las nuevas cenicientas. Todas coinciden en que "el amor no se elige", aunque lo que nunca anticiparon es la travesía del desierto y el viacrucis que iba a suponer la asunción de su nuevo rol. "La declaración de Hacienda, o la concesión de créditos y becas sólo beneficiarán a la ex mientras que la sentencia de divorcio no sea firme. De este modo, todo se retrasa por la práctica judicial durante interminables años", manifiestan desde la ASM.

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Maite Disdier, fundadora de la Asociación de Segundas Mujeres

El trance por el que pasan las segundas esposas provoca cambios drásticos en sus vidas diarias al responsabilizarse de personas ajenas a ellas, incluso sin estar casadas: "La injusticia llega al extremo de obligar a la novia, ni siquiera nueva esposa, a sufragar la pensión de alimentos de los hijos de su novio por sentencia judicial. Por supuesto, los hijos del anterior matrimonio son aleccionados por la exesposa para torpedear la relación del padre con la nueva pareja. Lo normal es que las zancadillas sean tantas que la nueva pareja decida tirar la toalla y dejar la relación", señalan desde el colectivo.

La venganza de las primeras esposas

Si algo temen las madrastras son las represalias de las primeras esposas. Lucía, una de las asociadas, ha sido testigo de cómo la exmujer de su marido lo denunció por violencia de género para dilatar el proceso de divorcio y poder disfrutar más tiempo de la casa de él. "Ya ha sido absuelto y ella condenada por denuncia falsa, pero la pesadilla desde que lo detuvieron no es comparable a la multa irrisoria y los seis meses de cárcel que la Justicia le ha impuesto a ella. Su exmujer tenía rabia o envidia de que él hubiera iniciado una nueva vida con otra mujer", declara.

Otro de los miembros de la ASM es Sandra. Ella no se casa con su actual pareja porque "si lo hago, me embargan a mí la cuenta". Tiene tres hijos con él, pero, según denuncia, "la Justicia sólo vela por los intereses de los hijos que tuvo con la primera esposa". "Para los jueces, los políticos de izquierdas y las feministas, los menores nacidos en una segunda relación son bastardos para el sistema, no tienen derecho a nada, y si su padre se queda arruinado por las demandas económicas que le exige su primera mujer, los nuevos hijos no se tienen en cuenta en absoluto", se queja la madrastra.

En este sentido, Lucía alega que "el uso de la vivienda lo disfruta la madre porque se queda con la custodia de los menores en el 78% de los casos. Además, el padre paga la hipoteca de la casa y la pensión, pero, aún así, sigue siendo un ser humano que intenta rehacer su vida... Lo que pasa es que ellas los exprimen económicamente y así los destrozan, es su forma de venganza".

La carga de ser madrastra

Ante esta cruda realidad, a las segundas esposas no les queda otra que asumir las riendas del hogar por completo. Se responsabilizan de todos los gastos de la vivienda y se sacrifican por los seres que quieren y también por los que no quieren tanto: "A cualquiera que se lo cuente, no se lo cree, pero yo mantengo a mi familia y a la exmujer y al hijo de mi marido. De mi nómina ha salido la pensión alimenticia de 450 euros, la hipoteca de la casa que disfruta su exmujer y los gastos de la señora porque no tenía trabajo y tampoco lo buscaba. En total, 1.800 euros mensuales para ella porque mi marido está en el paro", relata amargamente Lara, una madrileña miembro de la Asociación de las Segundas Esposas.

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Las madrastras lamentan las sentencias que tratan a su familia como "hijos de segunda"

Pero lo más grave del drama que atraviesa Lara atañe a la hija que tiene en común con su marido. "Si mi niña de tres años se queda sin comer le da igual a la Justicia porque sólo se protege los intereses de los hijos que tuvo con la anterior mujer. Mi marido está destrozado, su exesposa le ha arruinado la vida y la de su nueva familia. Ahora, el magistrado ha dictaminado que mi esposo debe seguir pasando la pensión a su primer hijo de 480 euros mensuales, aunque tiene ya 21 años y está trabajando. ¿Y nuestra hija pequeña? ¿Es una hija de segunda?", pregunta con voz nerviosa.

"Los casos son sangrantes. Yo estoy luchando porque modifiquen las medidas. Actualmente, tengo tres hijas con mi marido. Él tiene su nómina embargada porque paga la hipoteca de la casa de su ex por completo, 1.200 euros más 480 euros de la manutención del menor de 17 años que tiene con ella. Pero es que nosotros tenemos otras tres hijas en común. ¿Cómo puede ser que la Justicia deje sin dinero a mi marido para alimentar a sus otras tres pequeñas? Todo sale de mi nómina y estamos en las últimas, no nos llega para nada", lamenta Lucía, también miembro de la ASM.

Hijos de un mismo padre

Otro de los problemas que pone de manifiesto este colectivo es el relativo al régimen de visitas entre hermanos. "Mis hijas apenas pueden ver a su hermano. Al fin y al cabo, son hijos de un mismo padre y deberían poder disfrutar de sus hermanos, pero tampoco la Justicia nos da la razón en esto y las sentencias giran a favor de los antojos de la madre, la primera esposa", explica Lucía.

"Los primogénitos tienen prioridad para todo. Parece que estamos en otros tiempos. En una convención, los políticos, tanto del PP como de Podemos y PSOE, nos llegaron a decir que intentábamos quitar derechos a la legítima y que mejor no hubiéramos tenido tantos hijos. Además, nos lo dijeron mujeres que se rasgan las vestiduras por el feminismo. Es pura hipocresía porque sus comentarios hacia la ASM fueron despectivos y machistas", critica enervada Sandra. "Protegemos a nuestros hijos. Hay que cambiar la ley y que podamos volver a tener el control de nuestras vidas", sentencia.

*Los nombres han sido cambiados por petición de las afectadas.

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