Uno de los aspectos fundamentales que se trató en el desayuno informativo sobre el plan energético del Gobierno es la agenda de cierre de centrales nucleares que tiene previsto el Gobierno. Manuel Fernández Ordóñez, director de comunicación de Tecnatom y experto en energía nuclear, explicaba que de cada 100 unidades de energía que se consumen en el mundo "85 son combustibles fósiles, petróleo carbón y gas, y de los 15 restantes, 6 son hidráulicas, 5 nucleares y 4 renovables". Dicho esto, reflexionó: "Si el objetivo que quieren los políticos es eliminar los combustibles fósiles estamos ante el mayor reto que ha tenido jamás la humanidad". El disparate es mayúsculo si añadimos que, "para conseguirlo quieren quitar el 5% de la energía mundial que además no emite gases de efecto invernadero, que es la energía nuclear". Hacerlo, termina Fernández Ordóñez sería como "retroceder 30 años, volver a la casilla de salida", porque volveríamos a la situación energética previa al comienzo de la instalación de energía renovable.
Pero el gran mantra que opera desde los diferentes gobiernos contra la energía nuclear es el miedo a los desastres y a episodios como el de Fukushima. En este sentido, María Teresa Estevan Bolea, directora general de Sitesa y premio mundial de ingeniería, señalaba que había estudiado muy bien el caso del desastre de Japón y señalaba que "en Fukushima no hubo una sola persona que fuera altamente irradiada. Un director de una de las centrales murió de cáncer, pero lo tenía mucho antes del desastre. Murieron en aquella catástrofe miles de personas, pero fue por el agua, por las olas de más de 30 metros".
Por su parte, Fernández Ordóñez recordaba que prescindir de la energía nuclear también desata un problema económico importante. "Después del 2011 en Japón se cerraron todas las nucleares, y se gastaron 170.000 millones de dólares en importar gas natural porque no tienen recursos energéticos. Desde que decidieron reabrir 9 reactores el precio de la electricidad ha bajado dos veces".
Estevan Bolea añadía además que es un disparate querer eliminar la nuclear cuando "son los países más importantes los que están construyendo reactores nucleares" 60 reactores actualmente, que se sumarán a los 435 que ya operan en el mundo. "Son los países más importantes como India, China, Rusia y EEUU".
El problema de la energía nuclear
Nuestros invitados quisieron señalar el verdadero problema que aqueja a la energía nuclear en España: "El problema es que el gobierno anterior puso impuestos disparatados: un 7% a la generación, un 4,5% al carbón, un 21% de IVA, más los impuestos a los combustibles y los impuestos ambientales", lo que unido a los costes propios de la generación y distribución hacen insostenible las instalaciones nucleares, no pueden ganar dinero. Y eso que es la energía más segura, "¡más incluso que las presas!", decía Estevan Bolea, "que las presas se pueden caer".
Por su parte, el presidente de NGC Partners, Pedro Mielgo, recordaba que "donde hay centrales nucleares que no tienen los impuestos y tasas de España las nucleares son rentables". Según la opinión del también expresidente de Red Eléctrica, "lo que es imposible de justificar es que un kilovatio/hora tenga 6 hechos imponibles que justifiquen 6 impuestos y tasas, algunos de ellos dobles: impuesto especial a la electricidad, el IVA, el impuesto a la generación, la tasa a la producción de residuos nucleares, la tasa de almacenamiento de residuos nucleares y en algunas comunidades las tasas ambientales". Algo que le parecía totalmente insostenible y que obligará a las empresas a cerrar las centrales por falta de rentabilidad, lo que disparará el coste a las industrias que son grandes consumidoras de energía con la consiguiente destrucción de empleo que se calcula en unos 100.000 puestos de trabajo, según nuestros expertos.
Es imposible que la electricidad sea barata
Ante este escenario, dice Mielgo, "es imposible que la electricidad sea barata" y más cuando lo que pretende el Ejecutivo es acabar con las nucleares, porque, en su opinión lo que está haciendo el Gobierno es obligar a las empresas a cerrar las nucleares que podrían seguir funcionando al menos 20 años más. "Al taxista no se le obliga a dejar el coche porque tenga más o menos kilómetros, lo decide la ITV. Si obligas a la gente a dejar el coche diésel o gasolina porque no va a poder circular, ni siquiera venderlo de segunda mano, se lo estás expropiando. Y lo que está sucediendo con las centrales nucleares es exactamente lo mismo".
En caso de que nuestras nucleares siguieran funcionando hasta cumplir al menos los 60 años de vida útil, "nos ahorraríamos más de 800 teravatios/hora que es tres veces la producción de toda la energía eléctrica de un año. Y eso lo ahorraríamos en la balanza comercial".
En definitiva, las nucleares, dicen "son seguras, si hoy han dejado de ser rentables es por las decisiones de los sucesivos gobiernos y no pueden explicar por qué las cierran porque no responden a ninguna razón lógica, sino a una agenda política".