La reforma laboral aprobada por el Gobierno de Mariano Rajoy en 2012 recibió duras críticas por parte de la oposición política, los sindicatos y numerosos medios de comunicación. En un primer momento se dijo que la reforma iba a destruir empleo, si bien la evidencia empírica desmontó estos argumentos apenas un año después de la entrada en vigor de la norma. Después se afirmó que los trabajos creados serían precarios, pero la progresiva recuperación laboral arrojó la recuperación todo el empleo fijo perdido con la crisis.
El buen funcionamiento de la reforma laboral dejó apenas sitio para una nueva crítica, referida a los salarios. Ya no se trataba tanto de la destrucción de empleo, que nunca llegó, o del giro del trabajo hacia una mayor temporalidad, deriva que tampoco llegó a materializarse. Ahora lo que estaba en peligro a raíz de la reforma laboral de 2012 era el sueldo de los trabajadores más humildes. Sí, se creaba empleo y sí, era temporal… pero los asalariados de menor renta estaban viendo caer sus ingresos como consecuencia de los cambios adoptados por el Ejecutivo conservador.
Pero los críticos de la reforma laboral tampoco parecen haber acertado con esta nueva línea crítica. Y es que, si repasamos los datos de renta que acaba de publicar el Instituto Nacional de Estadística, resulta evidente que los trabajadores de menores ingresos no están viendo mermados sus ingresos.
Vayamos primero al 10% de menos ingresos. Este grupo, conformado principalmente por personas que solo tienen una ocupación esporádica o de tiempo parcial, tenía en 2008 una renta media de 501 euros brutos mensuales. Dicha paga se fue reduciendo de forma progresiva en los peores momentos de la crisis, pero empezó a recuperarse en 2015, cuando subió de 412 a 420 euros.
En 2016 se observó un nuevo aumento, hasta los 463 euros. Y ahora, los nuevos datos del INE dejan la cifra para 2017 en 465 euros brutos mensuales. Así las cosas, podemos decir que el ingreso anual del 10% que menos gana ha subido más de 600 euros desde el año 2014. Para ser precisos, el aumento ha sido de 636 euros.
Ocurre algo parecido si nos fijamos en el siguiente decil de renta. Dicho tramo de ingresos percibía 889 euros brutos mensuales en 2008, pero vio caer esta rúbrica en los años siguientes, hasta quedarse en solo 812 euros. La recuperación se inicia en 2014, con el salto a 820 euros. Desde entonces, el INE constata subidas progresivas hasta alcanzar los 864 euros de 2017. El aumento, por tanto, equivale a 624 euros de ingreso extra cada año.
Entre el 10% siguiente, que completaría el tercio de trabajadores con menores ingresos, la paga mensual bruta subió en 2008 y 2009, hasta tocar techo en 1.142. Desde entonces, la retribución cayó progresivamente hasta el entorno de los 1.100 euros, donde se estanca durante los años 2013, 2014 y 2015. Desde entonces, no obstante, se observa una recuperación hasta los 1.122 euros. Anualmente, esto supone una recuperación de 240 euros.
Si comparamos con 2008, el 10% de menos ingresos estaba en 2017 unos 36 euros mensuales por debajo del salario que percibía cuando estalló la crisis. Para el segundo decil, la caída neta ha sido de 25 euros. En el tercer decil no se da una caída neta en comparación con 2008, puesto que los 1.122 euros de 2017 superan los 1.113 de 2008.