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París y Berlín plantean retrasar la tasa digital a finales de 2020 y sólo si no hay acuerdo en la OCDE

Suecia, Dinamarca e Irlanda se oponen al gravamen, que necesita unanimidad para ser aprobado.

Suecia, Dinamarca e Irlanda se oponen al gravamen, que necesita unanimidad para ser aprobado.

Los ministros de Finanzas de Alemania y Francia, Olaf Scholz y Bruno Le Maire, respectivamente, han propuesto este martes que el impuesto europeo a las multinacionales digitales sólo se aplique a partir de finales de 2020 y siempre que no se alcance una solución global en el seno de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

Ambos han planteado esta posibilidad durante el debate que los ministros de Economía y Finanzas de la UE (Ecofin) con el objetivo de desbloquear las negociaciones sobre este gravamen, que avanzan lentamente por el rechazo un grupo de países favorable a no avanzar a nivel comunitario y esperar al consenso internacional.

No obstante, aunque los dos han coincidido en esta solución para desatascar la propuesta, Scholz y Le Maire llegan a la misma desde posturas muy diferentes. Mientras que Alemania ha expresado más dudas sobre la misma, Francia -principal impulsor de la medida- ha calificado el retraso en su aplicación como una "última concesión" de París en aras del consenso.

En concreto, Scholz ha defendido la importancia de pactar una solución "coherente y coordinada" a nivel internacional, al tiempo que ha afirmado que Alemania está "comprometida" a aplicar este acuerdo global en cuanto exista. "Implementaremos una versión revisada de la propuesta de la Comisión Europea si no se alcanza un consenso en el verano de 2020 (en la OCDE), ha añadido.

Por su parte, Le Maire ha reconocido que es "preferible" tener una solución global, pero ha salido en defensa de la acción europea hasta que ésta sea posible. "Francia está lista para hacer una última concesión. Estamos preparados para decir que la directiva que se adopte en diciembre no entrará en vigor hasta finales de 2020, salvo si la OCDE ha sido capaz de adoptar una solución a nivel internacional", ha explicado.

De esta forma, según el calendario de París y Berlín, los ministros de Finanzas de la UE aprobarían la directiva sobre la tasa a los gigantes digitales en la reunión del 4 de diciembre, aunque no entraría en vigor hasta dos años después. Y sólo en el caso en el que fracasen las conversaciones sobre este asunto en la OCDE.

Sin embargo, el acuerdo en diciembre se antoja complicado puesto que la directiva necesita el respaldo de todos los países de la UE para salir adelante y durante el debate se han posicionado en contra Suecia, Irlanda, Dinamarca y Chipre. Otros, como Finlandia, Lituania, Malta, República Checa o Países Bajos, también han expresado dudas y han remarcado la necesidad de seguir trabajando a nivel técnico.

Por contra, otro grupo numeroso de capitales se han mostrado a favor de adoptar este impuesto a las multinacionales digitales, pero siempre de forma temporal hasta que exista un consenso a nivel internacional. En este grupo se encuentran España, Italia, Bélgica, Austria, Portugal, Grecia, Bulgaria, Polonia, Reino Unido, Luxemburgo, Letonia, Eslovenia, Eslovaquia, Rumanía y Hungría.

Calviño explica la opción

En una rueda de prensa posterior a la reunión, la ministra de Economía y Empresa, Nadia Calviño, ha resumido que la "conclusión general" del debate es que "la UE apoya lograr un acuerdo a escala global", en la OCDE, pero "mientras no ocurre una mayoría de países quiere avanzar en una solución transitoria". "Un proceso firmemente apoyado por nuestro país", ha expresado.

Minutos antes, Calviño había aprovechado su intervención en el debate para explicar que la ley aprobada por el Consejo de Ministros para imponer un impuesto a las multinacionales digitales en España, ahora en fase de audiencia pública, está alineada con la propuesta de la Comisión Europea.

En concreto, Bruselas propuso establecer un impuesto temporal del 3% sobre los ingresos generados por la venta 'online' de espacios publicitarios, las actividades de intermediación que permiten a los usuarios interactuar entre ellos para facilitar la venta de bienes y servicios y la venta de datos aportados por los propios usuarios. En opinión del Calviño, la UE debe "actuar rápido" para aprobar esta normativa, con el objetivo de adaptar el sistema fiscal comunitario "a la realidad del siglo XXI" y para garantizar a los ciudadanos que las normas fiscales son "justas y equilibradas".

Fragmentación del mercado interior

En la misma línea, el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Pierre Moscovici, ha pedido a los países que aprueben la normativa para "capturar las actividades digitales", al tiempo que ha advertido de que, de lo contrario, podría fragmentarse el mercado interior con la acción unilateral de los socios europeos. "Si nos quedamos con los brazos cruzados, si no somos capaces de definir una solución europea, nuestro mercado interior se va a fragmentar y nuestras empresas serán las primeras víctimas", ha expresado, para después afirmar que los escollos que hay que salvar no son técnicos sino políticos.

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