El negocio de las mascotas sigue en auge. En 2017, la industria ha llegado a facturar más de 2.000 millones de euros a nivel mundial. Este fenómeno es exclusivo de nuestra era. Jamás en la historia del ser humano había habido tantas personas conviviendo con un animal en casa, compartiendo techo y viendo la televisión juntos. El siglo XXI es así y a los suecos les ha faltado tiempo para apuntarse a la adoración animal.
Desde luego que nicho de mercado hay, y de sobra: cuatro de cada diez hogares tienen una mascota, según el censo de la Asociación Madrileña de Veterinarios de Animales de Compañía (AMVAC). Y si hay que elegir entre adoptar un gato o un perro, los españoles prefieren al can. En España, existe un total de 5.147.980 ejemplares registrados con un gasto medio anual de 814 euros al año por perrito. Con respecto a los felinos, siguiendo el estudio de los veterinarios madrileños, el gato es la segunda mascota favorita en los hogares. La AMVAC recoge 2.265.980 gatitos inscritos por sus papás humanos. Y, atención, porque casi la mitad de las viviendas en España, más de un 40%, tiene al menos uno de estos peludos viviendo en sus salones.
Continuando con la línea de la investigación, la suma de ambas especies supone 20 millones de perros y gatos censados, es decir, casi hay un animal de compañía por cada dos habitantes en España. De hecho, en la Comunidad de Madrid ya hay más perros que niños. En este pasado año, Madrid contaba con 289.331 perros frente a los 141.903 niños de entre 0 y 4 años.
Este aumento de animales de compañía en las familias está obligando a incorporar en el mercado productos que jamás podrían haberse concebido antaño. ¿Qué pensaría un abuelo de 90 años si ve a su nieto comprar un mini sofá de perro? Probablemente, el hombre no daría crédito. La fiebre por canes y felinos está llevando a que sus dueños los traten como a sus propios hijos.
En vista de este amor salvaje, creativos de multinacionales como Ikea han lanzado, por primera vez en la historia, muebles especializados para los nuevos reyes de la casa: gatos y perros empezarán a usar mobiliario humano, eso sí, adaptado a sus tamaños y cuerpos peludos.
Cómo ya adelantábamos en Libre Mercado, las mascotas han pasado de tener una cama a quedarse una habitación de la casa. Como quien no quiere la cosa, estos peludos de cuatro patas están ganando espacio en el territorio doméstico. Los suecos, que se amoldan a cualquier tendencia rentable, y además, saben hacerlo, han lanzando la línea LURVING (peludo). La confección de las piezas ha sido responsabilidad de una joven diseñadora española: Inma Bermúdez.
Sofás, sillones de espuma, chaiselongue, mesas auxiliares, estanterías y hasta casitas adaptadas a la mesita de noche del humano. La creadora valenciana se ha inspirado en la estética Ikea y su filosofía low cost. Por ejemplo, el sofá cama para canes imita al famoso sofá KLIPPAN. "Hemos tenido en cuenta que los animales no se comportan igual que los humanos. Lo hemos adaptado todo a su forma de moverse", explica Bérmudez.
El catálogo LURVING está hecho a prueba de uñas, mandíbulas, dientes afilados, pelos y suciedad. Ahora bien, que resistan arrebatos felinos o mordidas caninas es otro cantar. Pero, para bien o para mal, parece que el camino hacia la humanización de los animales es ya imparable.