Escándalo en la Comisión Europea. El eurodiputado del partido populista de derechas Liga Norte italiana, Angelo Ciocca, ha pisado los papeles que había leído el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovivi, tras censurar este martes el presupuesto de Italia. Ciocca les ha quitado los papeles, los ha colocado sobre la mesa, se ha quitado uno de sus zapatos y, con la mano, los ha pisoteado ante la prensa.
"He pisoteado con una suela made in Italy la montaña de mentiras que Moscovici ha escrito contra nuestro país", ha dicho el eurodiputado de esa formación euroescéptica del Gobierno italiano en la red social Twitter.
"Italia merece respeto y estos euroimbéciles lo tienen que entender. ¡No bajemos más la cabeza! ¿He hecho bien?", agregó Ciocca en su mensaje, que acompañó con un vídeo de la inusual escena.
A #Strasburgo, HO CALPESTATO (con una suola Made in Italy!!!) la montagna di BUGIE che #Moscovici ha scritto CONTRO il #NostroPaese !!! L’Italia merita RISPETTO e questi #EuroImbecilli lo devono capire, non ABBASSIAMO PIÙ LA TESTA !!! Ho fatto bene ??? pic.twitter.com/Dx5OeM0RMs
— Angelo Ciocca (@AngeloCiocca) October 23, 2018
La Comisión Europea ha pedido a Italia un nuevo borrador de los presupuestos para 2019 al constatar que incumple las normas y que el Gobierno de Roma no ha respondido a sus preocupaciones, en un rechazo de las cuentas sin precedentes en la Unión Europea.
Las cuentas propuestas por Roma incluyen un aumento del déficit hasta el 2,4% del PIB en 2019, el triple de lo propuesto por el anterior Gobierno italiano y lejos del ajuste estructural que recomendó Bruselas, y según la Comisión incumplen, además, las reglas de reducción de la deuda pública, que en Italia supera el 131% del PIB.
Moscovici había comentado minutos antes en esa misma rueda de prensa celebrada en Estrasburgo (Francia) al anunciar la decisión que el Ejecutivo comunitario no está "frente a un caso que roce los límites" sino "ante una desviación clara, asumida e incluso reivindicada por algunos".
El eurocomisario instó a las autoridades italianas a enviar el nuevo presupuesto lo antes posible e insistió en que Bruselas "no pone en cuestión las prioridades del Gobierno italiano", sino el "impacto presupuestario" de las políticas sobre los ciudadanos.