Decenas de salmantinos, contando por lo bajo, se han quedado fuera de la espectacular Sala Capitular del Convento de San Esteban, donde ha tenido lugar la entrega merced a la generosidad del Prior y donde los padres dominicos conformaron en los siglos XVI y XVII el núcleo de la escuela de Salamanca. "La ventaja de ir a Salamanca es que siempre vas a aprender", ha comenzado Federico su presentación del premio concedido a Jesús Huerta de Soto, de quien ha recordado cómo fue su primer encuentro. "La primera vez que nos vimos fue en un homenaje a Mises que organizó Esperanza Aguirre, entonces concejal". Fue un acto multitudinario, pero tenía truco: "Jesús llenó la sala obligando a sus alumnos a venir. Pero Dios escribe recto con renglones torcidos".
Federico ha querido destacar que lo primero que escribió de su libro Memoria del comunismo "fue el apéndice sobre Mises y la Escuela de Salamanca", que a su parecer estudió "la dimensión moral de la libertad y la propiedad" en un momento, el siglo XVI, maravilloso para el lenguaje, el mejor que ha vivido nuestra lengua. Si se prescinde de dicha dimensión moral, si se considera la libertad y la propiedad como cosas separadas e incluso prescindibles acabamos teniendo cosas como el capitalismo chino, "una especie de piratería en la que los dirigentes coartan la libertad de sus súbditos para hacerse ricos ellos".
La escuela de Salamanca surge para responder las dudas de los confesores "ante un mundo inédito, global, el mundo que conocemos ahora". En esta situación, los teólogos se preguntaron cómo pueden ejercer los mercaderes su vocación de una manera licita. "No hay nada más actual que eso. No vale todo en política, no vale todo en economía".
Para los escolásticos "lo esencial es la limitación del poder", algo que se viola continuamente. Y ha puesto dos ejemplos. "Hoy se ha puesto en marcha otra vez el expolio del archivo de Salamanca. Si los catalanes quieren los papeles del archivo es para borrar los papeles de las condenas de Companys". Por otro lado, "los presupuestos generales del estado lo negocian un enemigo de la propiedad y un golpista en la cárcel".
"Es imposible una vida civilizada sin respetar la libertad y la propiedad", ha continuado. "Y quienes lo piensan por primera vez de forma completamente actual están aquí, en Salamanca".
Junto a Federico Jiménez Losantos, han presentado el premio hablando sobre la Escuela de Salamanca los profesores Victoriano Martín Martín, León Gómez Rivas, José Barrientos e Idoia Barrientos.
Por su parte, Jesús Huerta de Soto ha centrado su discurso de aceptación en la "gran crisis de la ciencia económica" que ha sido incapaz de predecir y dar respuesta a la reciente recesión. Para el galardonado, que ha recibido una reproducción en piedra de Villamayor del púlpito de Fray Luis de León como premio, esta crisis se ha debido en gran parte al olvido de las lecciones de la Escuela de Salamanca, cuyos grandes logros ha repasado.
A su parecer, es la escuela austriaca de economía, llamada así por su fundador Carl Menger, la que ha recuperado esa tradición, a la que el propio Menger cita. Tanto es así que considera que tiene el empeño de renombrarla como "escuela española de economía".