El pasado fin de semana, Jair Bolsonaro consiguió una importante victoria en la primera ronda de las elecciones presidenciales de Brasil. El candidato, que llegó a ser apuñalado durante la campaña electoral, ha sido comparado con líderes internacionales como el estadounidense Donald Trump o el filipino Rodrigo Duterte.
Bolsonaro empezó en el Ejército, pero entró en política a finales de los años 80. Desde entonces, se ha caracterizado por su discurso frontal contra el matrimonio homosexual, el aborto o la discriminación positiva. Ha pasado por nueve partidos políticos distintos y ha defendido en numerosas ocasiones al régimen militar que gobernó su país entre los años 1964 y 1985.
Más recientemente, coincidiendo con su auge en las encuestas, Bolsonaro empezó a esbozar un discurso económico que el favorito a la presidencia describe como "liberal". La primera vez que enarboló las ideas del laissez faire de forma más o menos clara fue en una entrevista concedida en 2017 al periódico Folha.
A lo largo de su conversación con el diario más leído de Brasil, el controvertido militar y político defendió la independencia del banco central, criticó los subsidios a la industria nacional, rechazó el proteccionismo, remarcó que un programa de privatización de empresas estatales ayudaría a reducir la corrupción y propuso que la explotación petrolera sea liberalizada a la manera estadounidense.
Para convencer a los escépticos, Bolsonaro viajó ese mismo año a Estados Unidos y mantuvo una conversación con Bloomberg en la que insistió en presentarse como garante de una liberalización económica. El aspirante a la presidencia volvió a apuntar que quiere impulsar un programa de privatización de empresas, pero cerró la puerta a la entrada de inversores extranjeros en "sectores estratégicos".
En lo tocante al mercado de trabajo, el favorito para suceder a Michel Temer ha propuesto una medida original. Bajo el esquema sugerido por Bolsonaro, los trabajadores serían libres de pactar contratos y salarios bajo las reglas actuales, pero también podrían llegar a acuerdos alternativos con sus empleadores.
También se ha mojado Bolsonaro en lo tocante a las pensiones. En este campo, el militar proponer la creación de cuentas de ahorro para la jubilación que permitiría abandonar el sistema de pensiones de reparto a aquellos trabajadores que prefieran gestionar directamente sus contribuciones. Esta fórmula, cercana al sistema chileno que ideó José Piñera, ha sido propuesta reiteradamente en el país brasileño, pero ahora podría convertirse en realidad si Bolsonaro cumple lo prometido a los electores.