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Valencia, la nueva Barcelona: los turistas huyen del 'procés' y cambian el pan con tumaca por la horchata

Valencia aumenta las pernoctaciones hoteleras en detrimento de Barcelona. Los empresarios catalanes echan la culpa al proceso independentista.

Valencia aumenta las pernoctaciones hoteleras en detrimento de Barcelona. Los empresarios catalanes echan la culpa al proceso independentista.
Aumenta el turismo en Valencia | EFE

Turistas nacionales y extranjeros están dejando plantada a Barcelona. Miles de visitantes huyen del procés y abandonan la capital de Cataluña desenamorados por el ambiente hostil que destilan las calles de las Ramblas o el barrio del Raval. Esta denuncia la ha puesto encima de la mesa el Gremio de Hoteleros Catalanes. Están hartos. Ciertamente, el cabreo no es para menos. El separatismo les está saliendo muy caro.

Los episodios acaecidos en los dos últimos años con el proceso independentista y los conflictos violentos de los autodenominados Comités de Defensa de la República (CDRs) han sido seguidos exhaustivamente por la prensa internacional, quienes han lanzado en no pocas ocasiones avisos a sus ciudadanos: "No viajen a Barcelona, no es seguro".

Las sucesivas manifestaciones alentadas por los representantes de las formaciones políticas separatistas, la exaltación del odio hacia todo "lo español", unido a sentimientos turismofóbicos, robos y agresiones han cocinado un batido que los turistas pasan de tomar. Ahora prefieren la horchata. Valencia ha sido la gran beneficiada. Su sol está moda y allí no ven carteles que los inciten a practicar el Balconing.

Cataluña perdió el 7,2% de visitantes nacionales y extranjeros desde el verano de 2017 hasta el pasado mes de agosto, según la Encuesta de Coyuntura Hotelera realizada por el INE.

El procés, un repelente para turistas

Y como no hay mal que por bien no venga, mientras Barcelona se la pega, la capital de la paella aumenta un 10% el turismo internacional en 2018 con respecto al año anterior. Nada como un buen procés en la autonomía vecina para que se llene la comunidad fronteriza. Mientras unos guerrean y desgañitan sus gargantas gritando proclamas separatistas en la Plaza de Cataluña, otros se llenan los bolsillos encantados de acoger a aragoneses, riojanos, alemanes o británicos.

Valencia cuenta con un 50, 5% de turistas residentes en España, no es de extrañar que en vista del percal los viajantes opten por no arriesgarse a que lo llamen "fascista" en mitad de sus vacaciones -que nunca se sabe-.

En esta línea, el INE resalta cómo los precios de los hoteles en Barcelona han caído un 1,95% en julio, mientras que en Valencia han crecido un 3,8%. Además, Ada Colau debe tener en cuenta que Barcelona es menos rentable. Otra cifra que refleja la fuerte caída turística es que la riqueza obtenida descendió un 2,9% en la urbe catalana, mientras que los valencianos han visto subir los ingresos de la industria hotelera en un 3,7% este último periodo estival.

Si bien no se puede establecer una correlación exacta entre la exaltación separatista y la fuga del turismo, sucesos como la invasión de cruces separatistas en playas catalanas no ayudan en absoluto. No obstante, los hoteleros sí tienen claro los motivos de la crisis en el industria: "El clima de caos y delicuencia que se ha adueñado de Barcelona y los últimos capítulos del procés han sido las causas del daño al sector", certifican desde el Gremio de Hosteleros de Barcelona (GHB).

Los empresarios barceloneses han culpado al Ayuntamiento presidido por En Comú Podem de la estrepitosa bajada en la facturación, hasta un 14% . Pero a Ada Colau los números no parecen convencerla. La primera edil no lo ve así y ha respondido a los expertos que "el turismo se ha incrementado moderadamente un 4,6% este verano". El concejal de Turismo, Agustí Colom, se suma al optimismo de su alcaldesa y afirma que "a pesar de la inestabilidad política y el atentado de las Ramblas en 2017, Barcelona ha recuperado el pulso turístico más rápido que otras ciudades".

Lo cierto es que las cifras que dan desde el Consistorio son diametralmente opuestas a las ofrecidas por los hoteleros. Y, claro, ellos continúan en pie de guerra con el gobierno local. "Son antituristas y están haciendo mucho daño", han recalcado en más de una ocasión desde el Gremio. Ella, Colau, cree que los empresarios "son catastrofistas". Así zanja el asunto, y aquí paz y después gloria.

Menos pan tumaca y más paella

Entretanto, la Federación Empresarial de Hostelería en Valencia está a lo suyo y prefiere no pronunciarse sobre el separatismo catalán y cómo les afecta. Han señalado, a través de un comunicado, que la apuesta para ser competitivos este verano ha sido la gastronomía local. Pero no es oro todo lo que reluce. La epidemia separatista radical de Cataluña también contagia a la tierra de la horchata. Están cerca para lo bueno y para lo malo.

Los altercados de grupos independentistas valencianos que han enturbiado el 9 de octubre, día de la Comunidad Valenciana, no parecen preocupar aún a las agencias de turismo de la autonomía. Muchos valencianos han rechazado las políticas del presidente socialista valenciano, Ximo Puig y el alcalde de la ciudad, Joan Ribó. Ambos recibieron una fuerte pitada de los manifestantes. Al grito de ¡No somos catalanes!, los políticos se iban abriendo paso durante la celebración del evento.

De momento, varios hoteleros consultados por Libre Mercado y que quieren permanecer en el anonimato mantienen la certeza de que "están a salvo" y que la atmósfera es de "tranquilidad y optimismo por la subida de turistas en la ocupación hotelera". Para finalizar, agregan que "si los turistas eligen la paella antes que el pan tumaca, habrá paella para rato".

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