Barack Obama llegó al poder en medio de una profunda crisis financiera que terminó desencadenando una grave recesión económica. El mandatario izquierdista apostó por aplicar "planes de estímulo" que no lograron evitar el aumento del desempleo hasta cotas del 10% que no se habían registrado en varias décadas.
La hoja de ruta de la Administración Obama empezó a ser rectificada en el año 2010, cuando una mayoría de congresistas adscritos al Partido Republicano puso fin a las políticas expansivas que había defendido el presidente demócrata. Desde entonces, el empleo empezó a arrojar un comportamiento más favorable, hasta caer por debajo del 5% en los últimos meses de 2016.
Sin embargo, aunque las tasas de paro del gigante norteamericano son envidiables desde el punto de vista de un observador español, lo cierto es que el comportamiento de la economía y el mercado laboral bajo gobierno de Barack Obama fue motivo de fuertes críticas. El ex presidente fue criticado por cuestiones como el reducido ritmo de crecimiento de la economía, el estancamiento de los salarios o el aumento de la población inactiva.
Ello explica que el triunfo electoral de Donald Trump se apoyase, en gran medida, en la promesa de revitalizar la economía estadounidense. El magnate inmobiliario habló abiertamente de duplicar la tasa de crecimiento, relanzar los sueldos y frenar la sangría de la participación laboral. Un año y medio después, sus políticas parecen haber conseguido algunos de estos objetivos.
Los datos de empleo del pasado mes de septiembre son reveladores. El paro ha caído al 3,7%, su nivel más bajo desde diciembre de 1969. Durante el último medio siglo apenas se han registrado diez meses en los que el desempleo esté por debajo del 4%, pero cinco de dichos meses corresponden al presente curso 2018.
En números absolutos, este es el primer mes desde diciembre de 2000 en el que hay menos de seis millones de parados. Por otro lado, si se comparan los niveles de empleo actuales con los del mes de la elección de Trump como presidente, vemos que el saldo neto arroja la creación de 4,2 millones de puestos de trabajo.
Esta mejora ha sido generalizada en todos los grupos de población. Para los hispanos, el paro ha caído al 4,5%, el nivel más bajo de la historia. Para las mujeres, la tasa actual es del 3,6%, una décima por debajo del promedio nacional. Algo similar ocurre en otros segmentos: personas sin estudios, población negra, etc.
Si nos fijamos en la tasa de participación, vemos que la población en edad de trabajar que está activa en el mercado laboral cayó del 66% al 63% bajo gobierno de Barack Obama. Sin embargo, los números de la Era Trump muestran que este indicador ha dejado de caer y se ha mantenido más o menos constante. No se recuperan las tasas previas a la Gran Recesión, pero sí se detiene la salida de millones de trabajadores que venía experimentando el mercado de trabajo.
¿Y qué hay de los sueldos? Durante los últimos doce meses, el sueldo por hora ha avanzado a una tasa del 2,8%, mientras que los ingresos semanales han crecido a un ritmo del 3,4%. Las estadísticas del último semestre muestran paráme