Más de la mitad de la población mundial puede considerarse clase media, es decir 3.590 millones de personas estarían dentro de las rentas medias del planeta. Sin duda, se trata de un hito sin precedentes en la historia de la humanidad. La razón se debe a la caída del bloque soviético en 1989 y el intenso crecimiento de Asia en las últimas décadas, especialmente de China e India, los países más poblados del planeta, tras abrazar el capitalismo y abrirse al comercio global.
"El hito es importante porque la clase media es el motor de las economías modernas", tal y como asegura Kristofer Hamel, director de operaciones de Laboratorio Mundial de Datos. Esta misma entidad define a la clase media como aquellas personas que ganan entre 11 dólares y 110 dólares al día -superando ese umbral se consideraría clase alta-. Con este cálculo, se ha establecido que aproximadamente el 50% de la población mundial está dentro de la clase media. Para el año 2030, se pasará de 3.590 millones de personas en esta situación a unos 5.300 millones, de los que un 90% de esa nueva clase media se concentrará en Asia. África, por el contrario, será la que menos crecimiento económico experimentará.
"Es importante porque estas personas, las que están en la clase media, son las que producen la mayor parte de las cosas dentro de la economía. Desde los servicios de transporte, la amplia variedad de productos de consumo, alimentos, productos financieros, etc.", explica Hamel. En las economías desarrolladas, las perspectivas también son positivas. De hecho, se espera que en 2030 el poder adquisitivo de Estados Unidos siga siendo el más fuerte del mundo, seguido de China e India.
Como consecuencia, este mismo estudio asegura que las multinacionales tendrán que mejorar, diversificar y diferenciar aún más sus productos. "La mayoría de las multinacionales tienden a ofrecer un producto similar en todas partes, y una de las cosas que ama la clase media es la diferenciación del producto", explica Homi Kharas, investigador principal en el Instituto Brookings.
Aunque en Occidente la diferenciación no está tan clara, en Asia es una de las claves. Probablemente, el mejor ejemplo sea Ikea, que para integrarse en la India ha tenido que ofrecer un servicio de montaje de muebles que no tiene en ningún otro lugar del planeta. La multinacional sueca, además, se ha asociado con productores locales para desarrollar ese particular proceso de diferenciación.
Hacia la erradicación de la pobreza
Y, al igual que aumenta la riqueza a nivel mundial, a pesar de producirse varias crisis económicas, el indicador de pobreza extrema se ha ido reduciendo a un ritmo de récord desde principios de los años 90. De hecho, en 1990, justo después de la caída del Muro de Berlín, el 34,8% de la población mundial vivía en situación de pobreza extrema -con menos de 1,9 dólares al día-, pero en 2015 esta tasa ya se había reducido hasta el 9,6%. Si se mantiene esta tendencia, está previsto que el indicador se sitúe por debajo del 5% en 2030. Es decir, en apenas 12 años habrá 1.700 millones de personas más ocupando la clase media y casi la mitad de pobres en términos relativos.
El éxito de la India
Igualmente, desde 1990, la India comenzó a integrar su economía en el libre mercado, liberalizó algunos sectores -especialmente el industrial-, privatizó numerosas empresas públicas y redujo de forma muy sustancial el control gubernamental sobre los movimientos de capital. Desde 1999, el PIB de la India ha crecido por encima del 4% anual -salvo en 2001 que lo hizo un 3,9%- y la renta per cápita ha pasado de 434 euros a 1.717 en menos de 20 años. Y todo ello a pesar de la permanencia de algunas barreras económicas propias del fuerte intervencionismo estatal previo.
De nuevo, el librecambismo demuestra que es el gran generador de riqueza. En los últimos diez años, el número de millonarios que registra India se ha duplicado y lo mejor de todo es que las previsiones anunciadas por el grupo de investigación Nueva Riqueza Mundial siguen siendo sorprendentes. En 2027, el país asiático tendrá 950.000 millonarios, un 190% más que en 2007 -que terminó con 330.000 ricos-.