Saifedean Ammous es profesor de Economía en la Universidad Americana de Líbano. Ha visitado la Fundación Rafael del Pino, en Madrid, para presentar El Patrón Bitcoin, un libro editado por Deusto en el que habla abiertamente de la joven, prometedora y polémica criptomoneda como una forma de dinero muy superior a la actual.
El prólogo de la obra lo firma Nassim Taleb, de modo que la calidad del texto está fuera de toda duda. Precisamente la amistad del autor con el autor de El cisne negro se convierte en nuestro primer tema de conversación. "Le conozco desde hace muchos años. Ha influenciado mucho mi forma de pensar. De hecho, mucha gente lee mis libros y encuentra paralelismos entre su trabajo y el mío", reconoce.
¿Cuáles son esos parecidos? "Por ejemplo, yo hablo mucho de la importancia de asegurar un dinero fuerte y él critica mucho los sistemas en los que nadie se juega nada. Y, la verdad, creo que solo con dinero blando se pueden mantener ese tipo de fraudes. En la economía actual, la del dinero fiduciario y el endeudamiento continuo, los poderes financieros saben que los gobiernos les rescatarán si llegan momentos complicados. Eso no pasaría en un entorno de dinero fuerte. Hay, por tanto, un nexo entre sus trabajos y los míos", señala.
El propio Taleb es un enemigo acérrimo de la planificación como principio rector de cualquier sistema, mientras que Ammous hace de la descentralización monetaria el eje de discurso. "No necesitamos planificación central. En la economía, en general, y en el dinero, en particular. De hecho, la planificación central es especialmente grave en algo tan crucial como la moneda", apunta.
El autor de El Patrón Bitcoin reconoce que antes era un entusiasta del oro como ancla monetaria. "En perspectiva histórica, sigo creyendo que el patrón oro ha sido el mayor logro de la humanidad en el campo de la economía. Cuando toda Europa termina por adoptar dicho sistema monetario, nace un estándar que termina siendo aplicado al conjunto de la economía global. Estuviésemos donde estuviésemos, podíamos calcular con una misma moneda la evolución de cualquier precio. Para un productor en España, la economía hablaba el mismo idioma, tanto si vendía dentro de su país como si exportaba productos a miles de kilómetros de distancia".
"Aquello sí que era dinero fuerte y no se podía controlar de forma centralizada. Por eso se habla del siglo XIX como de la Edad Dorada, la Belle Epoque, la Era Victoriana… Es un período de paz, en el que la planificación económica da un paso atrás y se experimenta un importante grado de libertad económica. No es casualidad que en esas décadas surjan muchas de las grandes invenciones de la era moderna", explica Ammous, no sin antes añadir que ya no cree que el oro sea la mejor forma de organizar el sistema monetario.
"Creo que el bitcoin es una alternativa superior, pero en cualquier caso tengo claro que el patrón oro es un sistema superior al actual", subraya. ¿Por qué prefiere la criptomoneda? "El oro es físico, no es digital. Esto acarrea costes de aseguramiento, protección, traslado… Por tanto, la historia muestra que el manejo del oro va de la mano de un giro hacia una mayor centralización en la gestión del material. Al final, esto hizo que los gobiernos tuviesen más facilidades a la hora de influenciar el mercado monetario".
Tras varios minutos de charla entre liberales, llega la primera referencia a uno de los cabezas visibles de la Escuela Austriaca. "En los años 80, Friedrich Hayek reconoció que temía que nunca más tengamos dinero fuerte, sobre todo porque pensaba que la moneda seguiría inexorablemente en manos de los gobiernos. Eso sí, Hayek dejaba la puerta abierta a la aparición de algún sistema alternativo o paralelo, capaz de articular una realidad monetaria paralela. En mi opinión, esa innovación que vuelve a descentralizar el dinero es bitcoin, puesto que incorpora ventajas claves del oro, como la limitación de la oferta o la universalidad de los precios, pero añade a eso otros factores acordes a las necesidades del siglo XXI", apunta el autor.
¿No le convencen los experimentos de países como Ecuador o Panamá, donde no hay banca central? "Es cierto que allí han conseguido un buen manejo de la divisa a base de renunciar a aplicar una política monetaria propia y adoptar una moneda extranjera, como es el dólar. Pero, aunque sus políticos locales no pueden contaminar la divisa, no deja de ser una moneda que está en manos de la Reserva Federal. Por tanto, es una alternativa mejor, pero está lejos de ser una solución verdadera a nuestros problemas", apunta.
Una de las consecuencias del actual sistema monetario es la facilidad para acumular deudas sobre deudas. Con las obligaciones financieras en máximos históricos, quiero saber la opinión de Ammous sobre esta cuestión: "Lo bueno del bitcoin es que ofrece una alternativa al sistema monetario tradicional… Y lo malo del dinero tradicional es que su economía se basa en la deuda, en el dinero blando, en la inflación…".
Durante el resto de nuestra charla, el autor de El Patrón Bitcoin me confiesa su recelo ante otras criptomonedas ("no están descentralizadas"), me remarca la importancia de blindar la privacidad del dinero ("los gobiernos quieren controlar cada transacción, cada operación…") y me reconoce que no es buena noticia que el precio de cambio del BTC haya fluctuado tanto ("el dinero debe servir para preservar el valor, de modo que la volatilidad no es buena, pero el largo plazo ayudará a asentar la tendencia"). Me quedo con ganas de más, pero, por suerte, el libro ya está en mis manos...