Portugal, como la mayoría de los países europeos, tiene un problema de envejecimiento en la sociedad. Por eso, desde el 1 de octubre han entrado en vigor nuevas medidas legales para atraer talento extranjero al país luso. De esta manera, aquellos inmigrantes que sean emprendedores o tengan una alta cualificación conseguirán la residencia de una manera mucho más sencilla y rápida. De hecho, el Gobierno de Antonio Costa quiere digitalizar los trámites para que se pueda pedir el permiso de residencia a distancia y sin tener que pisar las oficinas de la Administración lusa.
"Por más cuentas que se hagan, el aumento de la natalidad no basta para reponer nuestro saldo migratorio. Necesitamos inmigración, y por ello tiene que ser dicho con claridad, necesitamos atraer talento para vivir en Portugal", defendió el primer ministro, Antonio Costa, durante un acto el pasado abril. Aquellas palabras han cobrado sentido meses después y Portugal presenta una reforma atractiva para captar talento.
Pero esto no es todo. En la nueva legislación también se incluye un visado especial destinado a fundadores de compañías emergentes, que lleva por nombre Startup Visa. Será concedido a aquellos emprendedores que demuestren que sus proyectos tienen potencial de alcanzar los 325.000 euros o un volumen de negocios que supere los 500.000 euros anuales en un plazo de tres años.
Esta medida facilitará también los trámites para estudiantes de países de lengua portuguesa, investigadores, alumnos de Erasmus y extranjeros que ya residan en el país. Esta reforma tiene como objetivo paliar la fuga de jóvenes portugueses que salieron del país entre 2011 y 2016. En un país con 10 millones de personas, la marcha de 500.000 jóvenes ha sido bastante acusada.
El Gobierno luso también quiere traer de vuelta a estos jóvenes y anunció hace un mes que va a incluir en el próximo Presupuesto incentivos para impulsar su retorno, con una rebaja del 50% en el impuesto de la renta y ayudas para la repatriación y el alojamiento. La medida, no obstante, no fue bien acogida por las comunidades de portugueses en el exterior, que la calificaron de "electoralista", y criticaron que no ofrece garantías para los jóvenes que decidan volver al país.
Para muchos ministros y políticos, el asunto poblacional es uno de los graves problemas que afronta Portugal en el medio y largo plazo. Según las estimaciones oficiales, pasará de tener 10,3 millones de habitantes a 7,7 en los próximos 60 años. Por si fuera poco, solo el 14% de la población lusa es considerada "joven".
Buen clima fiscal para extranjeros
Si un inmigrante no comunitario llega a Portugal e inicia una actividad empresarial con, al menos, un millón de euros de inversión se le concede la Golden Visa. Este permiso especial también se puede conseguir invirtiendo más de 350.000 euros en fincas de rehabilitación urbana o 500.000 euros en el resto del parque inmobiliario portugués.
El régimen fiscal específico para los residentes no habituales es muy atractivo. Hablamos de la figura fiscal de los residentes no habituales, una categoría tributaria en la que entran todas aquellas personas que se trasladen a Portugal con intención de vivir allí 183 días al año o de comprar una propiedad en la que establecerse a medio plazo, informa Diego Sánchez de la Cruz. Desde 2009, este régimen permite a los residentes no habituales pagar un tipo único del 20% sobre todos sus ingresos obtenidos en el país luso, mientras que las rentas percibidas en el extranjero están exentos de tributar.