La Unión Europea (UE) dio este martes luz verde para permitir a los países aplicar el IVA reducido a las publicaciones electrónicas y equiparar así su trato fiscal al de los libros tradicionales. "La propuesta es parte de nuestros esfuerzos para modernizar el IVA para la economía digital, y nos permite mantener el ritmo con el progreso tecnológico", dijo el ministro de Finanzas de Austria, Hartwig Löger, cuyo país preside este semestre la UE.
Los ministros de Economía y Finanzas de los Veintiocho lograron aprobar la iniciativa, presentada en diciembre de 2016, después de tres intentos fallidos en 2017 y 2018 porque la oposición de la República Checa impedía alcanzar la unanimidad necesaria. Conforme a las reglas actuales, los libros electrónicos están gravados a un tipo mínimo estándar del 15% en la Unión Europea, mientras que los países pueden aplicar el tipo reducido (mínimo del 5%), superreducido (inferior al 5 %) o cero a las publicaciones en papel.
Con la nueva norma, los países podrán decidir si gravan también con tipos reducidos las digitales, aunque las tasas superreducidas y cero solo podrán ser implementadas en aquellos estados que ya las aplican a las publicaciones físicas. En España, las publicaciones electrónicas están sometidas al tipo general del 21%, frente al tipo reducido del 4 % que se aplica al formato físico.
Hasta ahora, los países que habían intentado aplicar IVA reducido a las publicaciones digitales se habían encontrado con la oposición del Tribunal de Justicia de la UE, que sentenció en contra de Francia, Luxemburgo y Polonia porque las normas europeas prohibían estos gravámenes.
Las organizaciones de editores europeas, que llevan años protestando por considerar que esto minaba el desarrollo del mercado de libros electrónicos, aplaudieron la decisión. "Marca el final de una discriminación tributaria injustificada entre publicaciones de diferentes formatos, reconociendo el valor de libros, periódicos y materiales educativos en todos los formatos y el progreso tecnológico en el sector", dijo la Federación de Editores Europeos.
El Parlamento Europeo ya dio en junio su visto bueno a la norma por lo que, con la aprobación de los países, podrá entrar en vigor. Esta se aplicará de forma temporal hasta que la UE acuerde el nuevo sistema de IVA propuesto por Bruselas, que busca actualizar un régimen que data de hace 25 años y dar más libertad a los estados para fijar los tipos.
En este contexto, los ministros de los Veintiocho aprobaron también otras medidas en materia de IVA que deben permitir solucionar los problemas detectados hasta la llegada del nuevo sistema. Así, para beneficiarse de la exención del IVA en el comercio intracomunitario de bienes se exigirá el número de identificación del IVA del cliente, al tiempo que se ha armonizado la documentación que tienen que presentar para justificar tal exención.
Además se uniformiza el trato tributario que se dará a aquellos acuerdos en los que un vendedor deja mercancía a disposición de un comprador en otro Estado miembro en un almacén y en las transacciones en cadena. Por otro lado, aprobaron que los estados puedan aplicar una derogación de las normas del IVA para que sea el comprador de un bien o servicio el responsable de ingresar este impuesto a Hacienda, una responsabilidad que normalmente recae en el proveedor.
Esta medida podrá aplicarse de forma temporal y bajo estrictos criterios. En particular, que los estados estén afectados por el denominado fraude de carrusel, que se da cuando un proveedor realiza varias transacciones en las que cobra el IVA al cliente y después desaparece sin haberlo ingresado al fisco. La medida, que generaba reticencias en varios estados, tuvo su principal defensora en la República Checa, que condicionaba su voto favorable a la rebaja del IVA para libros electrónicos a que sus socios diesen luz verde a esta medida.
En otro orden de cosas, la Comisión Europea presentó a los ministros su propuesta para reforzar el papel de la Autoridad Bancaria Europea en la lucha contra el blanqueo de dinero, que formuló el mes pasado a raíz de los escándalos en bancos en Estonia, Letonia y Holanda. El vicepresidente de la Comisión para el Euro, Valdis Dombrovskis, dijo que fue acogida con "amplio apoyo" y precisó que en estos momentos no se piensa en poner en marcha un nuevo regulador de toda la UE contra el lavado.