A diferencia de lo que pretende la izquierda española, con Pedro Sánchez a la cabeza, Francia también apuesta por reducir la carga fiscal. El Gobierno de Emmanuel Macron quiere aplicar una importante rebaja de impuestos en los Presupuestos de 2019. Concretamente, pretende reducir la fiscalidad en 6.000 millones para los hogares y 20.000 para las empresas. Y todo ello manteniendo el déficit por debajo del 3% del PIB.
"No ha habido recortes en los impuestos de esta magnitud durante, al menos, diez años en Francia", anunciaba Macron el pasado viernes. El Ejecutivo galo estudia una serie de medidas que beneficiarían a todos los franceses. Quiere reducir el impuesto a la vivienda por valor de 3.800 millones, reducir las cotizaciones sociales en 4.000 millones y dejar exentas de contribución las horas extra. Por el contrario, se aplicarán más impuestos a la energía para hacer una transición ecológica y se aumentará el precio del tabaco a golpe de tributo. En la partida del gasto, Francia suprimirá unos 5.000 empleos públicos en los próximos años. El país tiene 5,64 millones de funcionarios, un número superior al promedio europeo –80 funcionarios por 1.000 habitantes, frente a la media comunitaria de 61–.
Lo que el Ejecutivo "da con una mano, en realidad lo toma con la otra", según estimó el primer secretario del Partido Socialista francés, Olivier Faure, quien recordó que el Observatorio de la Coyuntura Económica (OFCE) evaluó en 3.500 millones de euros –y no en 6.000 millones–el aumento del poder adquisitivo previsto para los franceses el próximo año.
Este anuncio se ha producido después de que las estimaciones del Gobierno anuncien un aumento del déficit para 2019, aunque seguiría estando por debajo del 3% fijado por la Unión Europea. Por eso, en cuanto al gasto, también han anunciado que las pensiones de los jubilados, las ayudas a las familias y a la vivienda quedarán prácticamente congeladas en 2019, ya que aumentarán apenas un 0,3%, por debajo de la inflación.
Con esta reforma fiscal para las empresas, Francia quiere potenciar el crecimiento, ya que su economía da síntomas de estancamiento. Se esperaba un incremento del PIB del 1,9% para el próximo año, pero el propio Gobierno ha reducido en dos décimas su previsión.