El sector de las VTC tiembla ante el último decretazo que prepara el Ministerio de Fomento para blindar al sector del taxi.Lo han bautizado como el decreto anti-Uber y estará listo el próximo viernes, 28 de septiembre, después del Consejo de Ministros.
Con la nueva normativa, todo apunta a que el departamento que dirige José Luis Ábalos se va a lavar las manos en esta guerra dejando la regulación de las VTC en poder de las CCAA. Lo peor es que las autonomías a su vez podrían ceder a los ayuntamientos la potestad de exigir una doble licencia a las VTC para operar en sus ciudades.
De hecho, Barcelona ya ha intentado limitar las licencias VTC a una por cada 30 taxis, pero la medida fue suspendida cautelarmente por la Justicia. Ahora, con el beneplácito del Gobierno, ayuntamientos como el de Madrid también podrían seguir sus pasos.
65.000 taxis y 11.200 VTC
En España hay actualmente 65.000 licencias de taxi frente a las 11.200 de los vehículos de transporte con conductor.En el caso extremo de que se tuviera que cumplir el ratio de 1/30 en todo el territorio nacional, habría que eliminar casi el 80% de las licencias existentes. Con 5.277 permisos VTC, Madrid sería la región más golpeada por la decisión del Ejecutivo.
Uno de los eslóganes más utilizados por los taxistas para defender sus privilegios es el pan de las "65.000 familias" con el que están jugando las "malvadas" multinacionales Uber y Cabify desde que aterrizaran en España. ¿Y qué pasa con las 5.277 familias que están detrás de las VTC en Madrid? ¿Es que los 2.056 conductores de Cataluña no se van a quedar también sin trabajo si se llega a imponer la ratio 1/30?
¿Quién esta al volante?
En Libre Mercado hemos querido recoger la historia de varios conductores VTC en la capital. Todos ellos han sido elegidos aleatoriamente y sus nombres no serán revelados para que puedan expresarse con total libertad. Todos ellos siguen con lupa los pasos que está dando el Gobierno para hacer peligrar su futuro laboral.
B.P. está trabajando en Cabify "hasta que me cuadre un poco la vida". En paro desde que tuviera que abandonar su profesión de maestro para cuidar de su hija, y después de estar dando bandazos en el sector privado, encontró "esta gran oportunidad" hace 6 meses.
La "flexibilidad" y la "independencia" de este trabajo son los puntos fuertes para él. "Estoy muy contento. Es una salida que se amolda perfectamente a lo que yo necesito, que es no depender de horarios", relata. "Estoy esperando a entrar en otro sitio, pero mientras tanto, necesito ingresos y poder organizarme yo. Hasta me llevo el coche a casa", añade.
"Yo decido cuándo empiezo a trabajar, que eso no me lo permite un trabajo convencional", asegura. Eso sí, "tengo que llegar a unos ingresos mínimos", explica. B.P.trabaja para una gran compañía propietaria de VTC y se muestra conforme con su salario. "Soy un buen conductor. Intento hacer entre 8 y 10 horas al día, que bien trabajadas, me dan entre 1.200 y 1.300 euros limpios al mes. Por 8 horas, te sacas unos 1.000 euros", en su empresa.
Ya está acostumbrado a que los taxistas "me cierren el paso cuando voy conduciendo, hasta con clientes dentro", aunque presume de que entre sus compañeros "hay mucho compañerismo y muy buen ambiente, no como los taxistas, que se matan entre ellos".
Preocupado por el decreto ley que está a punto de aprobar el Gobierno, le recuerda al ministro de Fomento "que los decretos ley son para cosas importantes" y que si empiezan a prohibir trabajar a las VTC "va a dejar en la calle a mucha gente". B.P. diría que el perfil más habitual de sus compañeros es "gente mayor que se ha quedado en paro y extranjeros, de Marruecos, Latinoamérica y Europa del Este. Es gente buena y trabajadora, que también lo necesita".
"Si no lo hace por nosotros que lo haga por los clientes que nos eligen. Somos educados, vamos bien aseados, mantenemos el coche limpio, no cobramos más de la cuenta a nadie… Nuestros usuarios están maravillados cuando nos prueban y los taxistas van a seguir teniendo trabajo, lo que no quieren es competencia. Se creen los dueños de todo y eso se acabó", concluye.
"Me ha tocado la Lotería"
Con N.C.es difícil hablar porque no para de recibir avisos de clientes.Tiene 53 años y hace poco menos de 2 que le "tocó la Lotería" con este trabajo. Apasionado de su nuevo empleo, asegura que está "contentísimo" porque "he descubierto que mi profesión frustrada era ser conductor".
"No me pesa la carretera, me encanta conducir", afirma, lo que es un alivio, ya que asegura que trabaja 15 horas diarias. El esfuerzo va en el sueldo porque este conductor asegura que ingresa casi 2.500 euros "limpios" al mes con los múltiples servicios para los que trabaja.
El currículum deN.C. "se puede escribir en medio folio". Ha estado "toda la vida" trabajando como agente de seguros. Tras quedarse en paro, empezó a buscar desesperadamente un empleo y "por casualidad, eché la oferta para conductor". A las 48 horas le llamaron. "Me agarré a este trabajo como a un clavo ardiendo porque yo no podía estar sin hacer nada", relata.
"No digo que no haya conductores que estén mal, pero lejos del perfil que se suele vender, mi jefe solo tiene dos licencias VTC: una la lleva él y otra yo".N.C. es autónomo y va al 50% con su jefe. "Estoy en la gloria", asegura.
Jornadas de 12 horas, la tónica habitual
D.V. también estaba en paro cuando "un amiguete" le recomendó el empleo. Anteriormente había estado en una empresa "en la que no me daban ni de alta en la Seguridad Social. Ahora trabaja 12 horas al día para una gran empresa de VTC por unos 1.400 euros limpios al mes. Tiene exclusividad con Cabify.
"Nadie te regala nada, pero yo estoy muy bien", asegura a pesar del tiempo que dura su jornada laboral y de que "todos los días" recibe "insultos" de los taxistas cuando está en carretera. Le ha cogido tal gusto a hacer de chófer que "quiero seguir dedicándome a esto a largo plazo".
A sus 36 años,D.V. está entre los más jóvenes de sus compañeros. "La mayoría tienen más de 45 años y esto es una gran oportunidad para ellos". Si el Gobierno restringe la actividad de las VTC sabe que van a ser los más perjudicados. "Yo encontraré otra cosa, pero ellos lo van a tener muy difícil porque a su edad no les contrata nadie", asegura. Entre sus colegas también "hay muchos extranjeros, marroquíes y de Europa del Este sobre todo". Según los datos de Unauto, la patronal de las VTC, el 35% de su plantilla tiene más de 50 años.
"Ser conductor era mi sueño"
G.D. lleva poco menos de un mes como conductor de Uber. Como el resto de los entrevistados, también ha salido del paro después de que se encontrara con una oferta de empleo en Facebook. "Me encanta, me gusta mucho conducir y hablar con la gente. Me lo paso genial y los clientes se divierten conmigo", cuenta. "Ser conductor era mi sueño", llega a asegurar este apasionado.
Todavía no ha cobrado su primer sueldo, pero sabe que cumplir con los 4.000 euros de facturación mínima que le exige la empresa VTC para la que trabaja no es tarea fácil. "Tienes que estar 12 horas, que se me pasan rápido, y a partir de los 4.000 euros te llevas el 40% de los ingresos. Eso hace que te motives", explica.
G.D.tiene 39 años, aunque también es testigo de que "la mayoría" de sus compañeros "tienen más de 50". No duda en que "son los que más necesitan trabajar porque no les van a dar la oportunidad en otra profesión".
A pesar de su corta experiencia en este empleo,G.D.ya ha tenido problemas con el sector del taxi. "Te encierran en la calle, te impiden el paso, te dan bocinazos…". Les recuerda que las grandes compañías de VTC "son propiedad de antiguos taxistas. ¡Si son ellos mismos!", exclama. Cree que los taxistas "tienen que apechugar", con la llegada de Uber y Cabify, "igual que hicieron los videoclubs con internet y el Emule o igual que hicieron los panaderos con las tiendas de chinos".