El Banco Santander quiere recomprar la Ciudad Financiera,construida en el municipio madrileño de Boadilla del Monte, que alberga los servicios centrales del banco y que vendió en 1.900 millones de euros a principios de 2008 a Marme Inversiones.
Esta sociedad está en concurso de acreedores, la antigua suspensión de pagos, y el juzgado mercantil número 9 de Madrid es el encargado de liquidar sus activos, por lo que tendrá la última palabra entre las ofertas recibidas por la Ciudad Financiera. En esa puja participan, según fuentes próximas al proceso, al menos, un fondo kuwaití (AGC) y el inversor británico de origen iraní Robert Tchenguiz, que estarían dispuestos a ofrecer más de 2.000 millones de euros, y ahora también el Banco Santander, que aportaría una cifra inferior.
No obstante, hay que tener en cuenta que la oferta del Banco Santander, a diferencia de la del resto de participantes en la puja, no incluye la renta anual que la entidad pagaría por el inmueble si continuara como inquilino, que asciende a más de 1.500 millones. También puede ayudar en la decisión del juez de adjudicar la Ciudad Financiera a que el grupo financiero, presidido por Ana Botín, tiene un derecho de tanteo sobre el inmueble desde que decidió su venta en 2008 y firmó un contrato de alquiler por 40 años.
La recompra de la Ciudad Financiera tendría sentido para el Banco Santander por el mero hecho de que con ella se ahorraría los cerca de 50 millones anuales que paga por ocupar el inmueble y que se van actualizando. La Ciudad Financiera se planificó en la época de presidencia de Emilio Botín para ahorrar los costes que suponían los 23 edificios que ocupaban en Madrid capital los servicios centrales del grupo y aumentar la eficiencia de sus trabajadores.
En aquella época, el banquero también destacaba que con ese nuevo espacio mejoraría la calidad de vida y trabajo de los empleados. El proyecto faraónico, diseñado por el arquitecto irlandés Kevin Roche, costó 480 millones de euros, incluyó la construcción inicialmente de nueve edificios, 400.000 metros cuadrados y más de 5.000 plazas de aparcamientos.
Entre esos nueve edificios destacaba el Pereda, donde se encontraba el despacho de Emilio Botín y la sala del Consejo de Administración. En los últimos años, las continuas obras de mejora y ampliación dotaron a la Ciudad Financiera de un nuevo espacio llamado El Faro, un cubo acristalado junto a uno de los accesos al recinto.