Las plataformas de ‘car sharing’ están creciendo exponencialmente. Cada vez son más los propietarios que deciden alquilar su vehículo durante los días o las horas en los que no lo usan para sacar un dinero extra. Pero no solo hay plataformas en las que particulares alquilan vehículos, también hay empresas especializadas que se han introducido de lleno en el mundo digital.
En el caso de la aplicación Turo, conecta a propietarios con clientes, pero se ha especializado en el sector de los vehículos de lujo. Por tanto, si un día por un motivo especial o por capricho, a cualquiera le apetece conducir un Porsche podría hacerlo gracias a esta App. Actualmente, arrendar un vehículo de la lujosa marca Porsche tiene un precio diario de 200 dólares, unos 172 euros. En la plataforma, ya hay disponibles más de 1.600 coches de esta compañía que se alquilan diariamente.
En septiembre de 2012, Turo llegó a un acuerdo oficial con Porsche para crear un programa especial destinado al alquiler de este tipo de vehículos. Los coches que se arrendan son propiedad de Porsche, aunque dentro de la plataforma se pueden alquilar otros vehículos de propietarios particulares, y, por el momento, está disponible en algunas zonas de EEUU, como San Francisco, Los Ángeles, Georgia y Atlanta.
El buen rendimiento que esta iniciativa le está generando a Turo y a Porsche ha llevado a otras marcas a iniciar programas similares. La idea es simple: Porsche, en lugar de vender esos vehículos, los alquila por un precio medio diario de 200 dólares. En el caso del modelo Cayenne, cuyo precio de venta es de 101.894 dólares -uno de los más baratos de la empresa- el precio por el alquiler diario se encuentra en 200 dólares. Esto supone que, si el coche se alquila durante 250 días en un año, Turo y Porsche ingresan 50.000 dólares por ese vehículo. Esto hace que en solo dos años el precio del vehículo ya esté amortizado.
Por ello, otras marcas grandes del sector automovilístico, como Toyota o Audi, están desarrollando programas similares en los que, en lugar de vender la totalidad de su flota, deciden alquilar una parte y así sacar beneficio del fenómeno del ‘car sharing’, cada vez más presente en las ciudades de todo el mundo.