El ecologismo ha llegado a los supermercados. Los clientes quieren una compra más sostenible, han empezado a interesarse por las condiciones de vida de los animales que producen los alimentos que se llevan a casa y están dispuestos a pagar más. Por eso, las grandes cadenas se han puesto manos a la obra para cumplir con sus deseos.
La última compañía en anunciar una medida que mejora la existencia animal ha sido Lidl. En concreto, son las vacas que proporcionan la leche fresca que comercializa la cadena alemana en España las que han comenzado a vivir mejor. Desde marzo, este producto tiene un doble certificado de AENOR que así lo demuestra: el de pastoreo y de bienestar animal.
Como su propio nombre indica, el certificado de pastoreo garantiza que el animal pasta en libertad.Para obtenerlo, debe hacerlo un mínimo de 5 horas al día durante 150 días al año. Alimentarse al aire libre de forraje natural les permite a las vacas seleccionar lo mejor del pasto con su instinto natural y obtener de la tierra los minerales y las vitaminas que necesitan. Hasta del sol obtienen Vitamina D.
Para el certificado de bienestar animal se hace una evaluación exhaustiva de diferentes factores: la buena alimentación del animal (que haya ausencia de sed y de hambre), su estado sanitario (ausencia de enfermedades o lesiones), el confort del alojamiento y su comportamiento (cómo se relaciona con el resto de vacas y con los humanos).
Lidl comercializará la leche fresca bajo su marca propia Milbona.Su suministrador es la firma gallega Leche Celta y el producto proviene de unas 100 granjas que cuentan con entre 20 y 30 vacas cada una. Leche Celta junto a Puleva son los dos fabricantes del resto de la leche que vende Lidl a través de su marca blanca.
El director general de compras de Lidl España, Miguel Paradela, ha querido poner en valor los beneficios de la leche fresca respecto a la esterilizada, que es la que representa al 95% de la leche que se vende en los supermercados. "La leche fresca es de más calidad y más nutritiva que la UHT porque tiene más proteínas y vitaminas", ha asegurado. Otra diferencia entre ambas categorías es que "las vacas de pastoreo, aunque producen un 40% menos de leche, viven el doble que las de producción intensiva", ha añadido.
La durabilidad con respecto a la UHT es el principal hándicap de la leche fresca, que caduca en unos días, mientras su competidora puede durar meses en perfecto estado siempre que el brick se mantenga cerrado.
No puede dejar de vender UHT
Lidl ha hecho esta defensa a ultranza de la leche fresca a pesar de que sólo tiene un peso del 13% en sus lineales.La razón es que este año la compañía ha intensificado sus compromisos medioambientales y de responsabilidad animal convirtiéndose en un referente en el sector.
Los dos principales cambios acometidos este año por la alemana han sido eliminar todas las bolsas de plástico de un solo uso de sus tiendas y los huevos procedentes de gallinas criadas en jaula. Muchos de sus competidores le han imitado. Como ya hiciera con los huevos, la compañía ha asegurado que no repercutirá el aumento del coste de fabricar la nueva leche fresca al consumidor. La botella de 75 cl seguirá costando 59 céntimos, el mismo precio que la Milbona UHT de 1 litro.
Preguntado sobre si está en sus planes convertir en ecológica toda la leche de sus supermercados de cara al futuro, Paradela ha comentado que "está en la agenda, pero sería muy difícil porque no hay suficientes explotaciones de pastoreo en España. El producto es limitado, actualmente, sólo el 3% se dedica a la leche fresca". Más contundente ha sido el director general de compras cuando le han preguntado si planea dejar de vender definitivamente leche UHT. "No nos lo podemos plantear", ha asegurado.
La leche cruda y su comercialización ha sido otro de los temas que también ha abordado la empresa. Cataluña aprobó hace unos meses un decreto que permitía a los productores vender leche sin hervir ni pasteurizar directamente al consumidor final, lo que provocó una oleada de críticas entre la comunidad sanitaria. Desde Lidl se han posicionado en contra de la comercialización de este producto. "No nos planteamos venderlo", asegura Paradela. La leche cruda "tiene un riesgo sanitario muy grande porque nadie te asegura que el consumidor la va a hervir correctamente y es difícil saber quién es el responsable", añade una de sus expertas.