Anders Ydstedt es un destacado experto de la consultora de inteligencia empresarial SCANTECH. Recientemente, este experto sueco participó en el Foro Europeo de Contribuyentes organizado en Copenhague.
A lo largo de su charla, Ydstedt destacó algunas de las claves que explican la dura campaña que están lidiando entidades como Oxfam para frenar la competencia fiscal y promover una armonización tributaria que eleve el peso de los impuestos a lo largo y ancho del globo. A continuación, recogemos algunas de las claves de su intervención.
- ¿Cómo podemos enmarcar esta campaña?
En gran medida, creo que estamos metidos en un círculo vicioso que nos conduce necesariamente a una situación muy desfavorable para los contribuyentes. Primero, nuestros representantes políticos se dedican a subvencionar a las ONGs. Después, esas ONGs lideran agresivas campañas a favor de reducir los impuestos.
A continuación, los políticos afirman que esos reclamos son representativos del sentir de la sociedad y, en consecuencia, suben los impuestos. Pero, como decía, esto es un círculo vicioso, un bucle nefasto. Y es que esos mismos políticos que suben los impuestos son los que seguirán subvencionado a las ONGs y, más tarde, dirán que las peticiones de elevar la presión fiscal que hacen esas entidades son el fiel reflejo de lo que de verdad quieren los ciudadanos.
- ¿Qué papel juega la Unión Europea en todo esto?
La oficina de la Unión Europea encargada de estas cuestiones se cuida mucho de invitar a todo tipo de "organizaciones de la sociedad civil" a sus actividades y programas orientados a conseguir objetivos como la "armonización fiscal" o el fin del "dumping tributario". De modo que las mismas ONGs que piden a la UE que aplique estas políticas son, de hecho, entidades asociadas y subvencionadas por Bruselas. Un episodio especialmente sangrante es el del videojuego Impuestolandia, subsidiado por la UE con 100.000 euros y concebido para defender las políticas fiscales comunitarias.
- ¿En qué situación deja esto a las empresas?
Los políticos y los grupos de presión que quieren subir y subir los impuestos saben que el blanco más fácil para sus críticas son las multinacionales. Por eso, sus campañas siguen una estrategia centrada en demonizarlas.
Primero, se elaboran informaciones exageradas o distorsionadas, a menudo tratando como evasores a quienes desempeñan estrategias legales de planificación fiscal. Lo siguiente es colocar esta información en los medios, alimentando el morbo y el sensacionalismo para que cale la idea de que las multinacionales no pagan impuestos. De modo que esta forma de proceder termina alimentando futuras subidas fiscales y regulaciones contrarias a la libertad económica.
- ¿Se han hundido los ingresos fiscales como resultado de estas medidas?
Al revés. Leemos a menudo que los gobiernos de Occidente pierden miles de millones de euros debido a la competencia fiscal. El caso es que la recaudación tributaria del Impuesto de Sociedades ha subido en buena parte de la OCDE. De hecho, aunque hubo caídas de ingresos tras la Gran Recesión, dicho descenso fue solo coyuntural y los números observados desde entonces muestran una senda alcista. Los políticos fingen no tener recursos, pero Hacienda cada vez recibe más rentas.
- ¿Hacia dónde nos lleva toda esta campaña?
De entrada, se están aprobando tratados como FATCA o BEPS que, por distintos motivos, son nocivos para el crecimiento económico. Además, las nuevas regulaciones fiscales son, de facto, una forma de restringir el libre comercio, de modo que se empieza a consolidar un marco más proteccionista. Además, me temo que la agenda favorable a la armonización tributaria en Europa está avanzando a pasos de gigante y que esto nos llevará a más impuestos nacionales y comunitarios.